Marcos 4

Parábola del Sembrador

1 Comenzó Jesús a enseñar de nuevo junto al mar; y se llegó a El una multitud tan grande que tuvo que subirse a una barcaque estabaen el mar, y se sentó; y toda la multitud estaba en tierra a la orilla del mar.

2 Les enseñaba muchas cosas en parábolas, y les decía en Su enseñanza:

3 “Escuchen: El sembrador salió a sembrar;

4 y al sembrar, una partede la semillacayó junto al camino, y vinieron las aves y se la comieron.

5 Otrapartecayó en un pedregal donde no tenía mucha tierra; y enseguida brotó por no tener profundidad de tierra.

6 Pero cuando salió el sol, se quemó, y por no tener raíz, se secó.

7 Otrapartecayó entre espinos, y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto.

8 Y otrassemillascayeron en buena tierra, y creciendo y desarrollándose, dieron fruto, y produjeron unas a treinta, otras a sesenta y otras a ciento por uno.”

9 Y añadió: “El que tiene oídos para oír, que oiga.”

Explicación de la Parábola

10 Cuando Jesús se quedó solo, Sus seguidores junto con los doce Le preguntabansobrelas parábolas.

11 “A ustedes les ha sido dado el misterio del reino de Dios,” les decía, “pero los que están afuera reciben todo en parábolas;

12 para queviendo,vean pero no perciban,y oyendo,oigan pero no entiendan,no sea que se conviertan y sean perdonados.”

13 También les dijo: “¿No entienden esta parábola? ¿Cómo, pues, comprenderán todas lasotrasparábolas?

14 El sembrador siembra la palabra.

15 Estos que están junto al camino donde se siembra la palabra, sonaquéllosque en cuantolaoyen, al instante viene Satanás y se lleva la palabra que se ha sembrado en ellos.

16 Y de igual manera, éstos en que se sembró la semilla en pedregales son los que al oír la palabra enseguida la reciben con gozo;

17 pero no tienen raízprofundaen sí mismos, sino quesóloson temporales. Entonces, cuando viene la aflicción o la persecución por causa de la palabra, enseguida se apartan de ella.

18 Otros son aquéllos en los que se sembró la semilla entre los espinos; éstos son los que han oído la palabra,

19 pero las preocupaciones del mundo, y el engaño de las riquezas, y los deseos de las demás cosas entran y ahogan la palabra, y se vuelve estéril.

20 Y otros son aquéllos en que se sembró la semilla en tierra buena; los cuales oyen la palabra, la aceptan y dan fruto, unos a treinta, otros a sesenta y otros a ciento por uno.”

21 También Jesús les decía: “¿Acaso se trae una lámpara para ponerla debajo de una vasija o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero?

22 Porque nada hay oculto, si no es para que sea manifestado; ninadaha estado en secreto, sino para que salga a la luz.

23 Si alguno tiene oídos para oír, que oiga.”

24 Además les decía: “Cuídense de lo que oigan. Con la medida con que ustedes midan, se les medirá, y aun más se les dará.

25 Porque al que tiene, se le darámás,pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.”

Parábola del Crecimiento de la Semilla

26 Jesús decía también: “El reino de Dios es como un hombre que echa semilla en la tierra,

27 y se acuesta de noche y se levanta de día, y la semilla brota y crece; cómo, él no lo sabe.

28 La tierra produce fruto por sí misma; primero la hoja, luego la espiga, y después el grano maduro en la espiga.

29 Y cuando el fruto lo permite, él enseguida mete la hoz, porque ha llegadoel tiempo dela siega.”

Parábola del Grano de Mostaza

30 También Jesús decía:”¿A qué compararemos el reino de Dios, o con qué parábola lo describiremos?

31 Escomo un grano de mostaza, el cual, cuando se siembra en la tierra, aunque es más pequeño que todas las semillas que hay en la tierra,

32 sin embargo, después de sembrado, crece y llega a ser más grande que todas las hortalizas y echa grandes ramas, tanto quelas aves del cielopuedenanidar bajo su sombra.”

33 Con muchas parábolas como éstas Jesús les hablaba la palabra, según podían oírla;

34 y sin parábolas no les hablaba, pero lo explicaba todo en privado a Sus propios discípulos.

Jesús Calma la Tempestad

35 Ese mismo día, caída ya la tarde, Jesús les dijo: “Pasemos al otro lado.”

36 Despidiendo a la multitud, Lo llevaron con ellos en la barca, como estaba; y había otras barcas con El.

37 Pero se levantó una violenta tempestad, y las olas se lanzaban sobre la barca de tal manera que ya la barca se llenaba de agua.

38 Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre una almohadilla; entonces Lo despertaron y Le dijeron: “Maestro, ¿no Te importa que perezcamos?”

39 Jesús se levantó, reprendió al viento y dijo al mar: “¡Cálmate (Calla), sosiégate (enmudece)!” Y el viento cesó, y sobrevino una gran calma.

40 Entonces les dijo: “¿Por qué están atemorizados? ¿Cómo no tienen fe?”

41 Y se llenaron de gran temor, y se decían unos a otros: “¿Quién, pues, es Este que aun el viento y el mar Le obedecen?”

Marcos 5

El Endemoniado Gadareno

1 Llegaron al otro lado del mar, a la tierra de los Gadarenos.

2 Cuando Jesús salió de la barca, enseguida se acercó a El, de entre los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo,

3 que tenía su morada entre los sepulcros; y nadie podía ya atarlo ni aun con cadenas;

4 porque muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie era tan fuerte como para dominarlo.

5 Siempre, noche y día, andaba entre los sepulcros y en los montes dando gritos e hiriéndose con piedras.

6 Cuando vio a Jesús de lejos, corrió y se postró delante de El;

7 y gritando a gran voz, dijo: “¿Qué tengo yo que ver contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te imploro por Dios que no me atormentes.”

8 Porque Jesús le decía: “Sal del hombre, espíritu inmundo.”

9 “¿Cómo te llamas?” le preguntó Jesús. “Me llamo Legión,” respondió, “porque somos muchos.”

10 Le rogaba entonces con insistencia que no los enviara fuera de la tierra.

11 Había allí una gran manada de cerdos paciendo junto al monte.

12 Ylos demoniosLe rogaron, diciendo: “Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos.”

13 Jesús les dio permiso. Y saliendo los espíritus inmundos, entraron en los cerdos; y la manada, unos 2,000, se precipitó por un despeñadero al mar, y en el mar se ahogaron.

14 Los que cuidaban los cerdos huyeron y lo contaron en la ciudad y por los campos. Yla gentevino a ver qué era lo que había sucedido.

15 Vinieron a Jesús, y vieron al que había estado endemoniado, sentado, vestido y en su cabal juicio, elmismoque había tenido la legión; y tuvieron miedo.

16 Los que lo habían visto les describieron cómo le había sucedidoestoal endemoniado, y lo de los cerdos.

17 Y comenzaron a rogar a Jesús que se fuera de su región.

18 Al entrar El en la barca, el que había estado endemoniado Le rogaba que lo dejara ir con El.

19 Pero Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: “Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho por ti, ycómotuvo misericordia de ti.”

20 Y él se fue, y empezó a proclamar en Decápolis cuán grandes cosas Jesús había hecho por él; y todos se quedaban maravillados.

Jairo Ruega por su Hija

21 Cuando Jesús pasó otra vez en la barca al otro lado, se reunió una gran multitud alrededor de El; así que El se quedó junto al mar.

22 Y vino uno de los oficiales de la sinagoga, llamado Jairo, y al ver a Jesús, se postró a Sus pies,

23 y Le rogaba con insistencia: “Mi hijita está al borde de la muerte;Te ruegoque vengas y pongas las manos sobre ella para que sane y viva.”

24 Jesús fue con él; y una gran multitud Lo seguía y oprimía.

Jesús Sana a una Mujer

25 Había una mujer que padecía de flujo de sangre por doce años.

26 Había sufrido mucho a manos de muchos médicos, y había gastado todo lo que tenía sin provecho alguno, sino que al contrario, había empeorado.

27 Cuando ella oyó hablar de Jesús, se llegóa Elpor detrás entre la multitud y tocó Su manto.

28 Porque decía: “Si tan sólo toco Sus ropas, sanaré.”

29 Al instante la fuente de su sangre se secó, y sintió en su cuerpo que estaba curada de su aflicción.

30 Enseguida Jesús, dándose cuenta de que había salido poder de El, volviéndose entre la gente, dijo: “¿Quién ha tocado Mi ropa?”

31 Y Sus discípulos Le dijeron: “Ves que la multitud Te oprime, y preguntas: ‘¿Quién Me ha tocado?'”

32 Pero El miraba a su alrededor para ver a lamujerque Lo había tocado.

33 Entonces la mujer, temerosa y temblando, dándose cuenta de lo que le había sucedido, vino y se postró delante de El y Le dijo toda la verdad.

34 “Hija, tu fe te ha sanado,” le dijo Jesús; “vete en paz y queda sana de tu aflicción.”

Jesús Resucita a la Hija de Jairo

35 Mientras El estaba todavía hablando, vinieronunos enviadosdela casa deloficial de la sinagoga, diciendo: “Tu hija ha muerto, ¿para qué molestas aún al Maestro?”

36 Pero Jesús, oyendo lo que se hablaba, dijo al oficial de la sinagoga: “No temas, cree solamente.”

37 Y no permitió que nadie fuera con El sinosóloPedro, Jacobo (Santiago) y Juan, hermano de Jacobo.

38 Fueron a la casa del oficial de la sinagoga, y Jesús vio el alboroto, ya los quelloraban y se lamentaban mucho.

39 Cuando entró les dijo: “¿Por qué hacen alboroto y lloran? La niña no ha muerto, sino que está dormida.”

40 Y se burlaban de El. Pero echando fuera a todos, Jesús tomó consigo al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con El, y entró donde estaba la niña.

41 Tomando a la niña por la mano, le dijo: “Talita cum,” que traducido significa: “Niña, a ti te digo, ¡levántate!”

42 Al instante la niña se levantó ycomenzó acaminar, pues tenía doce años. Y al momento todos se quedaron completamente atónitos.

43 Entonces les dio órdenes estrictas de que nadie se enterara de esto; y dijo que le dieran de comer a la niña.

Marcos 6

Jesús Enseña en Nazaret

1 Jesús se marchó de allí y llegó a Su pueblo, y Sus discípulos Lo siguieron.

2 Cuando llegó el día de reposo, comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos que escuchaban se asombraban, diciendo: “¿DóndeobtuvoEste tales cosas, y cuál esestasabiduríaqueLe ha sido dada, y estos milagros que hace con Sus manos?

3 ¿No es Este el carpintero, el hijo de María, y hermano de Jacobo (Santiago), José, Judas y Simón? ¿No están Sus hermanas aquí con nosotros?” Y se escandalizaban a causa de El.

4 Y Jesús les dijo: “No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes y en su casa.”

5 Y no pudo hacer allí ningún milagro; sólo sanó a unos pocos enfermos sobre los cuales puso Sus manos.

6 Estaba maravillado de la incredulidad de ellos. Y recorría las aldeas de alrededor enseñando.

Jesús Envía a los Doce

7 Entonces Jesús llamó a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles autoridad (poder) sobre los espíritus inmundos;

8 y les ordenó que no llevaran nada para el camino, sino sólo un bordón; ni pan, ni alforja, ni dinero en el cinto;

9 sino calzados con sandalias. “No lleven dos túnicas,”les dijo.

10 Y añadió: “Dondequiera que entren en una casa, quédense en ella hasta que salgan de la población.

11 En cualquier lugar que no los reciban ni los escuchen, al salir de allí, sacúdanse el polvo de la planta de los pies en testimonio contra ellos.”

12 Saliendo los doce, predicaban quetodosse arrepintieran.

13 También echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite a muchos enfermos y los sanaban.

Muerte de Juan el Bautista

14 El rey Herodes (Antipas) se enteróde esto,pues el nombre de Jesús se había hecho célebre, y lagentedecía: “Juan el Bautista ha resucitado de entre los muertos, por eso es que estos poderes milagrosos actúan en él.”

15 Pero otros decían: “Es Elías.” Y decían otros:”Esun profeta, como uno de los profetasantiguos”.

16 Al oíresto,Herodes decía: “Juan, a quien yo decapité, ha resucitado.”

17 Porque Herodes (Antipas) mismo había enviado a prender a Juan y lo había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, mujer de su hermano Felipe, puesHerodesse había casado con ella.

18 Y Juan le decía a Herodes: “No te es lícito tener la mujer de tu hermano.”

19 Herodías le tenía rencor y deseaba matarlo, pero no podía,

20 porque Herodes temía a Juan, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo mantenía protegido. Cuando le oía se quedaba muy perplejo, pero le gustaba escucharlo.

21 Llegó un día oportuno, cuando Herodes, siendo su cumpleaños, ofreció un banquete a sus nobles y comandantes y a los principales de Galilea;

22 y cuando la hija de Herodías (Salomé) entró y danzó, agradó a Herodes y a los que se sentabana la mesacon él; y el rey dijo a la muchacha: “Pídeme lo que quieras y te lo daré.”

23 Y le juró: “Te daré lo que me pidas, hasta la mitad de mi reino.”

24 Ella salió y dijo a su madre: “¿Qué pediré?” “La cabeza de Juan el Bautista,” le respondió ella.

25 Enseguida ella se presentó apresuradamente ante el rey con su petición, diciendo: “Quiero que me des ahora mismo la cabeza de Juan el Bautista en una bandeja.”

26 Aunque el rey se puso muy triste, sin embargo a causa desusjuramentos y de los que se sentaban con éla la mesa,no quiso contradecirla.

27 Al instante el rey envió a un verdugo y le ordenó que trajera la cabeza de Juan. Y él fue y lo decapitó en la cárcel,

28 y trajo su cabeza en una bandeja, y se la dio a la muchacha, y la muchacha se la dio a su madre.

29 Cuando los discípulos de Juan oyeronesto,fueron y se llevaron el cuerpo y le dieron sepultura.

Alimentación de los Cinco Mil

30 Los apóstoles se reunieron con Jesús, y Le informaron sobre todo lo que habían hecho y enseñado.

31 Y El les dijo: “Vengan, apártense de los demás a un lugar solitario y descansen un poco.” Porque había muchos que iban y venían, y ellos no tenían tiempo ni siquiera para comer.

32 Y se fueron en la barca a un lugar solitario, apartado.

33 Perola gentelos vio salir, y muchoslosreconocieron y juntos corrieron allá a pie de todas las ciudades, y llegaron antes que ellos.

34 Al desembarcar, Jesús vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas sin pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas.

35 Y cuando ya era muy tarde, Sus discípulos se acercaron a El, diciendo: “El lugar está desierto y ya es muy tarde;

36 despídelos para que vayan a los campos y aldeas de alrededor, y se compren algo de comer.”

37 “Denles ustedes de comer,” les contestó Jesús. Y ellos Le dijeron: “¿Quieresque vayamos y compremos 200 denarios (salario de 200 días) de pan y les demos de comer?”

38 Jesús les dijo: “¿Cuántos panes tienen ustedes? Vayan y vean.” Y cuando se cercioraron le dijeron: “Cincopanesy dos peces.”

39 Y les mandó que todos se recostaran por grupos sobre la hierba verde.

40 Y se recostaron por grupos de cien y de cincuenta.

41 Entonces El tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo,losbendijo; partió los panesy losiba dando a los discípulos para que se los sirvieran; también repartió los dos peces entre todos.

42 Todos comieron y se saciaron.

43 Recogieron doce cestas llenas de los pedazos, y también de los peces.

44 Los que comieron los panes eran 5,000 hombres.

Jesús Anda sobre el Mar

45 Enseguida Jesús hizo que Sus discípulos subieran a la barca y fueran delante deElal otro lado, a Betsaida, mientras El despedía a la multitud.

46 Después de despedirse de ellos, se fue al monte a orar.

47 Al anochecer, la barca estaba en medio del mar, y Elestabasolo en tierra.

48 Y al verlos remar fatigados, porque el viento les era contrario, como a la cuarta vigilia de la noche (3 a 6 a.m.), fue hacia ellos andando sobre el mar, y quería pasarlos de largo.

49 Pero cuando ellos Lo vieron andando sobre el mar, pensaron que era un fantasma y se pusieron a gritar;

50 porque todos Lo vieron y se turbaron. Pero enseguida El habló con ellos y les dijo: “¡Tengan ánimo; soy Yo, no teman!”

51 Subió con ellos a la barca, y el viento se calmó; y ellos estaban asombrados en gran manera,

52 porque no habían entendido lo de los panes, sino que su mente estaba embotada.

Jesús en Genesaret

53 Terminada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret, y atracaron en la orilla.

54 Cuando salieron de la barca,la genteenseguida reconoció a Jesús,

55 y recorrieron apresuradamente toda aquella región, y comenzaron a traer a los enfermos en sus camillas adonde oíandecirque El estaba.

56 Dondequiera que El entraba en aldeas, ciudades o campos, ponían a los enfermos en las plazas, y Le rogaban que les permitiera tocar siquiera el borde de Su manto; y todos los que lo tocaban quedaban curados.

Marcos 7

Lo que Contamina al Hombre

1 Los Fariseos, y algunos de los escribas que habían venido de Jerusalén, se reunieron alrededor de El;

2 y vieron que algunos de Sus discípulos comían el pan con manos inmundas, es decir, sin lavar.

3 (Porque los Fariseos y todos los Judíos no comen a menos de que se laven las manos cuidadosamente, observandoasíla tradición de los ancianos.

4 Cuando vuelvende la plaza, no comen a menos de que se laven; y hay muchas otras cosas que han recibido para observarlas,como el lavamiento de los vasos, de los cántaros y de las vasijas de cobre.)

5 Así que los Fariseos y los escribas Le preguntaron: “¿Por qué Tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen con manos inmundas?”

6 Jesús les respondió: “Bien profetizó Isaías de ustedes, hipócritas, como está escrito: ‘Este pueblo con los labiosMe honra,pero su corazon esta muy lejos deMi.

7 ‘Mas en vanoMe rinden culto,enseñando como doctrinas preceptos de hombres.’

8 Dejando el mandamiento de Dios, ustedes se aferran a la tradición de los hombres.”

9 También les decía: “Astutamente ustedes violan el mandamiento de Dios para guardar su tradición.

10 Porque Moisés dijo: ‘Honra a tu padre y a tu madre’; y: ‘El que hable mal desupadre o desumadre,que muera.’

11 “Pero ustedes dicen: ‘Si un hombre dice al padre o a la madre: “Cualquier cosa mía con que pudieras beneficiarte es corbán (es decir, ofrendaa Dios)'”,

12 ya no le dejan hacer nada en favor desupadre o desumadre;

13 invalidandoasíla palabra de Dios por la tradición de ustedes, la cual han transmitido, y hacen muchas cosas semejantes a éstas.”

14 Llamando de nuevo a la multitud, Jesús les decía: “Escuchen todos lo que les digo y entiendan:

15 no hay nada fuera del hombre que al entrar en él pueda contaminarlo; sino que lo que sale de adentro del hombre es lo que contamina al hombre.

16 Si alguno tiene oídos para oír, que oiga.”

17 Cuando Jesús dejó a la multitud y entró en casa, Sus discípulos Le preguntaron acerca de la parábola.

18 “¿También ustedes son tan faltos de entendimiento?” les dijo. “¿No comprenden que todo lo que de afuera entra al hombre no lo puede contaminar,

19 porque no entra en su corazón, sino en el estómago, y se elimina?” Jesús declaróasílimpios todos los alimentos.

20 También decía: “Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre.

21 Porque de adentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, fornicaciones, robos, homicidios, adulterios,

22 avaricias, maldades, engaños, sensualidad, envidia, calumnia, orgullo e insensatez.

23 Todas estas maldades de adentro salen, y contaminan al hombre.”

La Mujer Sirofenicia

24 Levantándose de allí, Jesús se fue a la región de Tiro, y entrando en una casa, no quería que nadielosupiera, pero no pudo pasar inadvertido;

25 sino que enseguida, al oírhablarde El, una mujer cuya hijita tenía un espíritu inmundo, fue y se postró a Sus pies.

26 La mujer era Gentil, Sirofenicia de nacimiento; y Le rogaba que echara al demonio fuera de su hija.

27 Y Jesús le decía: “Deja que primero los hijos se sacien, pues no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos.”

28 “Es cierto, Señor,” le dijo ella;”peroaun los perrillos debajo de la mesa comen las migajas de los hijos.”

29 Jesús le dijo: “Por esta respuesta, vete;yael demonio ha salido de tu hija.”

30 Cuando ella volvió a su casa, halló que la niña estaba acostada en la cama, y que el demonio había salido.

Curación de un Sordomudo

31 Volviendo Jesús a salir de la región de Tiro, pasó por Sidón yllegóal mar de Galilea, atravesando la región de Decápolis.

32 Y Le trajeron a uno que era sordo y tartamudo, y Le rogaron que pusiera la mano sobre él.

33 Entonces Jesús, tomándolo aparte de la multitud, a solas, le metió los dedos en los oídos, y escupiendo, le tocó la lenguacon la saliva;

34 y levantando los ojos al cielo, suspiró profundamente y le dijo: “¡Effatá!” esto es, “¡Abrete!”

35 Al instante se abrieron sus oídos, y desapareció el impedimento de su lengua, y hablaba con claridad.

36 Jesús les ordenó que a nadie se lo dijeran; pero mientras más se lo ordenaba, tanto más ellos lo proclamaban.

37 Y estaban asombrados en gran manera, y decían: “Todo lo ha hecho bien; aun a los sordos hace oír y a los mudos hablar.”

Marcos 8

Alimentación de los Cuatro Mil

1 En aquellos días, cuando había de nuevo una gran multitud que no tenía qué comer, Jesús llamó a Sus discípulos y les dijo:

2 “Tengo compasión de la multitud porque ya hace tres días que están junto a Mí y no tienen qué comer;

3 y si los despido sin comer a sus casas, desfallecerán en el camino, pues algunos de ellos han venido de lejos.”

4 Sus discípulos Le respondieron: “¿Dónde podrá alguienencontrar lo suficiente parasaciar de pan a éstos aquí en el desierto?”

5 “¿Cuántos panes tienen?” les preguntó Jesús. Ellos respondieron: “Siete.”

6 Entonces mandó a la multitud que se recostara en el suelo; y tomando los siete panes, después de dar gracias,lospartió ylosiba dando a Sus discípulos para quelospusieran delantede la gente;y elloslossirvieron a la multitud.

7 También tenían unos pocos pececillos; y después de bendecirlos, mandó que éstos también los sirvieran.

8 Todoscomieron y se saciaron; y recogieron de lo que sobró de los pedazos, siete canastas.

9 Los que comieroneran unos 4,000. Jesús los despidió,

10 y subiendo enseguida a la barca con Sus discípulos, se fue a la región de Dalmanuta.

Los Fariseos Buscan Señal

11 Entonces salieron los Fariseos y comenzaron a discutir con El, buscando de El una señal (un milagro) del cielo para poner a prueba a Jesús.

12 Suspirando profundamente en Su espíritu, dijo: “¿Por qué pide señal esta generación? En verdad les digo que no se le dará señal a esta generación.”

13 Y dejándolos, se embarcó otra vez y se fue al otro lado del lago.

La Levadura de los Fariseos

14 Los discípulos se habían olvidado de tomar panes, y no tenían consigo en la barca sino sólo un pan.

15 Jesús les encargaba diciendo: “¡Tengan cuidado! Cuídense de la levadura de los Fariseos y de la levadura de Herodes.”

16 Y ellos discutían entre sí que no tenían panes.

17 Dándose cuenta Jesús, les dijo: “¿Por qué discuten que no tienen panes? ¿Aún no comprenden ni entienden? ¿Tienen el corazón endurecido?

18 Teniendo ojos, ¿no ven? Yteniendo oidos, ¿no oyen? ¿No recuerdan

19 cuando partí los cinco panes entre los cinco mil? ¿Cuántas cestas llenas de pedazos recogieron?” “Doce,” Le respondieron.

20 “Y cuandopartílos sietepanesentre los cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de los pedazos recogieron?” “Siete,” Le dijeron.

21 Entonces les dijo: “¿Aún no entienden?”

El Ciego de Betsaida

22 Llegaron a Betsaida, y trajeron a Jesús un ciego y Le rogaron que lo tocara.

23 Tomando al ciego de la mano, lo sacó fuera de la aldea; y después de escupir en sus ojos y de poner las manos sobre él, le preguntó: “¿Ves algo?”

24 Y levantando la vista, dijo: “Veo a los hombres, perolosveo como árboles que caminan.”

25 Entonces Jesús puso otra vez las manos sobre sus ojos, y él miró fijamente y fue restaurado; y veía todo con claridad.

26 Y lo envió a su casa diciendo: “Ni aun en la aldea entres.”

La Confesión de Pedro

27 Jesús salió con Sus discípulos a las aldeas de Cesarea de Filipo; y en el camino preguntó a Sus discípulos: “¿Quién dicen los hombres que soy Yo?”

28 Le respondieron: “Unos,Juan el Bautista; y otros, Elías; pero otros, uno de los profetas.”

29 El les preguntóde nuevo: “Pero ustedes, ¿quién dicen que soy Yo?” “Tú eres el Cristo (el Mesías),” Le respondió Pedro.

30 Y Jesús les advirtió severamente que no hablaran de El a nadie.

Jesús Anuncia Su Muerte y Resurrección

31 Jesús comenzó a enseñarles que el Hijo del Hombre debía padecer muchas cosas, y ser rechazado por los ancianos, los principales sacerdotes y los escribas, y ser muerto, y después de tres días resucitar.

32 Y les decía estas palabras claramente. Entonces Pedro Lo llevó aparte y comenzó a reprender a Jesús.

33 Pero El volviéndose y mirando a Sus discípulos, reprendió a Pedro y le dijo: “¡Quítate de delante de Mí, Satanás!, porque no tienes en mente las cosas de Dios, sino las de los hombres.”

Condiciones para Seguir a Jesús

34 Llamando Jesús a la multitud y a Sus discípulos, les dijo: “Si alguien quiere venir conmigo, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame.

35 Porque el que quiera salvar su vida (su alma), la perderá; pero el que pierda su vida por causa de Mí y del evangelio (de las buenas nuevas), la salvará.

36 O, ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma?

37 O, ¿qué dará un hombre a cambio de su alma?

38 Porque cualquiera que se avergüence de Mí y de Mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre también se avergonzará de él, cuando venga en la gloria de Su Padre con los santos ángeles.”

Marcos 9

1 Y Jesús les decía: “En verdad les digo que hay algunos de los que están aquí que no probarán la muerte hasta que vean el reino de Dios después de que haya venido con poder.”

La Transfiguración

2 Seis días después, Jesús tomó con El a Pedro, a Jacobo (Santiago) y a Juan, y los llevó a ellos solos a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos.

3 Sus vestiduras se volvieron resplandecientes, muy blancas, tal como ningún lavandero sobre la tierra las puede blanquear.

4 Y se les apareció Elías junto con Moisés, y estaban hablando con Jesús.

5 Entonces Pedro dijo a Jesús: “Rabí (Maestro), bueno es que estemos aquí; hagamos tres enramadas, una para Ti, otra para Moisés y otra para Elías.”

6 Porque él no sabía qué decir, pues estaban aterrados.

7 Entonces se formó una nube que los cubrió, y una voz salió de la nube: “Este es Mi Hijo amado; oigan a El.”

8 Y enseguida miraron en derredor, pero ya no vieron a nadie con ellos, sino a Jesús solo.

La Venida de Elías

9 Cuando bajaban del monte, Jesús les ordenó que no contaran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del Hombre resucitara de entre los muertos.

10 Y se guardaron para sí lo que fue dicho, discutiendo entre sí qué significaría eso de resucitar de entre los muertos.

11 Le preguntaron a Jesús: “¿Por qué dicen los escribas que Elías debe venir primero?”

12 “Es cierto que Elías, al venir primero, restaurará todas las cosas,” les dijo. “Y,sin embargo,¿cómo está escrito del Hijo del Hombre que ha de padecer mucho y ser despreciado?

13 Pero Yo les digo que Elías ya ha venido, y le hicieron cuanto quisieron, tal como está escrito de él.”

Jesús Sana a un Muchacho Endemoniado

14 Cuando regresaron adonde estaban los otros discípulos, vieron una gran multitud que los rodeaba, y a unos escribas que discutían con ellos.

15 Enseguida, cuando toda la multitud vio a Jesús, quedó sorprendida, y corriendo hacia El, Lo saludaban.

16 “¿Qué discuten con ellos?” les preguntó.

17 Y uno de la multitud Le respondió: “Maestro, Te he traído a mi hijo que tiene un espíritu mudo,

18 y siempre que se apodera de él, lo derriba, y echa espumarajos, cruje los dientes y se va consumiendo. Dije a Tus discípulos que expulsaran al espíritu, pero no pudieron.”

19 Jesús les dijo: “¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con ustedes? ¿Hasta cuándo los tendré que soportar? ¡Traigan al muchacho!”

20 Y lo llevaron ante El. Cuando el espíritu vio a Jesús, al instante sacudió con violencia al muchacho, yéste,cayendo a tierra, se revolcaba echando espumarajos.

21 Jesús preguntó al padre: “¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto?” “Desde su niñez,” respondió.

22 “Muchas veces ese espíritu lo ha echado en el fuego y también en el agua para destruirlo. Pero si Tú puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros y ayúdanos.”

23 “¿Cómo’si Tú puedes?'” le dijo Jesús. “Todas las cosas son posibles para el que cree.”

24 Al instante el padre del muchacho gritó y dijo: “Creo; ayúdame enmi incredulidad.”

25 Cuando Jesús vio que la gente corría a reunirse, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: “Espíritu mudo y sordo, Yo te ordeno: sal de él y no vuelvas a entrar en él.”

26 Después de gritar y de sacudirlo con terribles convulsiones, el espíritu salió: yel muchachoquedó como muerto, tanto, que la mayoríade ellosdecían: “¡Está muerto!”

27 Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó, y él se puso en pie.

28 Cuando Jesús entro en casa, Sus discípulos Le preguntaban en privado: “¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?”

29 Jesús les dijo: “Esta clase con nada puede salir, sino con oración.”

Jesús Anuncia Otra Vez Su Muerte

30 Saliendo de allí, iban pasando por Galilea, y El no quería que nadielosupiera.

31 Porque enseñaba a Sus discípulos, y les decía: “El Hijo del Hombre será entregado en manos de los hombres y Lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará.”

32 Pero ellos no entendían lo que les decía, y tenían miedo de preguntar a Jesús.

El Mayor en el Reino de los Cielos

33 Llegaron a Capernaúm; y estando ya en la casa, Jesús les preguntaba: “¿Qué discutían por el camino?”

34 Pero ellos guardaron silencio, porque en el camino habían discutido entre sí quiénde ellos erael mayor.

35 Jesús se sentó, llamó a los docediscípulosy les dijo: “Si alguien desea ser el primero, será el último de todos y el servidor de todos.”

36 Tomando a un niño, lo puso en medio de ellos; y tomándolo en los brazos les dijo:

37 “El que reciba a un niño como éste en Mi nombre, Me recibe a Mí; y el que Me recibe a Mí, no Me recibe a Mí, sino a Aquél que Me envió.”

Recompensas y Advertencias

38 “Maestro,” dijo Juan, “vimos a uno echando fuera demonios en Tu nombre, y tratamos de impedírselo, porque no nos seguía.”

39 Pero Jesús dijo: “No se lo impidan, porque no hay nadie que haga un milagro en Mi nombre, y que pueda enseguida hablar mal de Mí.

40 Pues el que no está contra nosotros, por nosotros está.

41 Porque cualquiera que les dé a ustedes a beber un vaso de agua, por razón de su nombre comoseguidoresde Cristo, en verdad les digo que no perderá su recompensa.

42 Cualquiera que haga pecar a uno de estos pequeñitos que creen en Mí, mejor le fuera si le hubieran atado al cuello una piedra de molino delas que mueve unasno, y lo hubieran echado al mar.

43 Si tu mano te es ocasión de pecar, córtala; te es mejor entrar en la vida manco, que teniendo las dos manos ir al infierno, al fuego que no se apaga,

44 dondeel gusano de ellos no muere,y el fuego no se apaga.

45 Y si tu pie te es ocasión de pecar, córtalo; te es mejor entrar cojo a la vida, que teniendo los dos pies ser echado al infierno,

46 dondeel gusano de ellos no muere,y el fuego no se apaga.

47 Y si tu ojo te es ocasión de pecar, sácatelo; te es mejor entrar al reino de Dios con un solo ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno,

48 dondeel gusano de ellos no muere,y el fuego no se apaga.

49 Porque todos serán salados con fuego.

50 La sal es buena; pero si la sal se vuelve insípida, ¿con qué la sazonarán? Tengan sal en ustedes y estén en paz los unos con los otros.”

Marcos 10

Jesús en Judea

1 Levantándose de allí, Jesús se fue a la región de Judea y al otro lado del Jordán; y se reunieron de nuevo las multitudes junto a El, y una vez más, como acostumbraba, les enseñaba.

Enseñanza de Jesús sobre el Divorcio

2 Se acercaronalgunosFariseos,ypara poner a prueba a Jesús, Le preguntaban si era lícito a un hombre divorciarse de su mujer.

3 “¿Qué les mandó Moisés?” les dijo Jesús.

4 Ellos respondieron: “Moisés permitióal hombreescribircarta de divorcio y repudiarla.”

5 Entonces Jesús les dijo: “Por la dureza del corazón de ustedes, Moisés les escribió este mandamiento.

6 Pero desde el principio de la creación,Dioslos hizo varon y hembra.

7 Por esta razon el hombre dejara a su padre y a su madre,

8 y los dos seran una sola carne; así que ya no son dos, sino una sola carne.

9 Por tanto, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe.”

10 Yaen casa, los discípulos Le volvieron a preguntar sobre esto.

11 Y El les dijo: “Cualquiera que se divorcie de su mujer y se case con otra, comete adulterio contra ella;

12 y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.”

Jesús Bendice a los Niños

13 Traían niños a Jesús para que El los tocara, pero los discípulos los reprendieron.

14 Cuando Jesús vio esto, se indignó y les dijo: “Dejen que los niños vengan a Mí; no se lo impidan, porque de los que son como éstos es el reino de Dios.

15 En verdad les digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.”

16 Y tomándolos en los brazos, los bendecía, poniendo las manos sobre ellos.

El Joven Rico

17 Cuando Jesús salía para irse, vino un hombre corriendo, y arrodillándose delante de El, Le preguntó: “Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?”

18 Jesús le respondió: “¿Por qué Me llamas bueno? Nadie es bueno, sino sólo uno, Dios.

19 Tú sabes los mandamientos: ‘No mates,no cometas adulterio,no hurtes,no des falso testimonio, no defraudes,honra a tu padre y a tu madre.'”

20 “Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud,” dijo el hombre.

21 Jesús, mirándolo, lo amó y le dijo: “Una cosa te falta: veyvende cuanto tienes y da a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; entonces vienes y Me sigues.”

22 Pero él, afligido por estas palabras, se fue triste, porque era dueño de muchos bienes.

Peligro de las Riquezas

23 Jesús, mirando en derredor, dijo a Sus discípulos: “¡Qué difícil será para los que tienen riquezas entrar en el reino de Dios!”

24 Los discípulos se asombraron de Sus palabras. Pero Jesús respondiendo de nuevo, les dijo: “Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios!

25 Es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja, que para un rico entrar en el reino de Dios.”

26 Ellos se asombraron aún más, diciendo entre sí: “¿Y quién podrá salvarse?”

27 Mirándolos Jesús, dijo: “Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque todas las cosas son posibles para Dios.”

28 EntoncesPedro comenzó a decir a Jesús: “Nosotros lo hemos dejado todo y Te hemos seguido.”

29 Jesús respondió: “En verdad les digo, que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos o tierras por causa de Mí y por causa del evangelio,

30 que no reciba cien veces más ahora en este tiempo: casas, y hermanos, y hermanas, y madres, e hijos, y tierras junto con persecuciones; y en el siglo venidero, la vida eterna.

31 Pero muchos primeros serán últimos, y los últimos, primeros.”

Jesús Anuncia Su Muerte Por Tercera Vez

32 Iban por el camino subiendo a Jerusalén, y Jesús iba delante de ellos. Los discípulos estaban perplejos, y los que Lo seguían tenían miedo. Y tomando aparte de nuevo a los doce, comenzó a decirles lo que Le iba a suceder:

33 “Ahora subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y Lo condenarán a muerte y Lo entregarán a los Gentiles.

34 Se burlarán de El y Le escupirán, Lo azotarán y Lo matarán, y tres días después resucitará.”

Petición de Jacobo y Juan

35 Jacobo (Santiago) y Juan, los dos hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús, diciendo: “Maestro, queremos que hagas por nosotros lo que te pidamos.”

36 “¿Qué quieren que haga por ustedes?” les preguntó.

37 Ellos Le dijeron: “Concédenos que en Tu gloria nos sentemos uno a Tu derecha y el otro aTuizquierda.”

38 Jesús les dijo: “Ustedes no saben lo que piden. ¿Pueden beber la copa que Yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que soy bautizado?”

39 Le respondieron: “Podemos.” Y Jesús les dijo: “La copa que Yo bebo, beberán; y serán bautizados con el bautismo con que Yo soy bautizado;

40 pero el sentarse a Mi derecha o aMiizquierda, no es Mío el concederlo, sino que es para quienes ha sido preparado.”

41 Al oíresto,los diez comenzaron a indignarse contra Jacobo y Juan.

42 Llamándolos junto a El, Jesús les dijo: “Ustedes saben que los que son reconocidos como gobernantes de los Gentiles se enseñorean de ellos, y que sus grandes ejercen autoridad sobre ellos.

43 Pero entre ustedes no es así, sino que cualquiera de ustedes que desee llegar a ser grande será su servidor,

44 y cualquiera de ustedes que desee ser el primero será siervo de todos.

45 Porque ni aun el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir, y para dar Su vida en rescate por muchos.”

El Ciego Bartimeo es Sanado

46 Entonces llegaron a Jericó. Y cuando El salía de Jericó con Sus discípulos y una gran multitud, un mendigo ciegollamadoBartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino.

47 Cuando oyó que era Jesús el Nazareno, comenzó a gritar y a decir: “¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!”

48 Y muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba mucho más: “¡Hijo de David, ten misericordia de mí!”

49 Jesús se detuvo y dijo: “Llámenlo.” Y llamaron al ciego, diciéndole: “¡Anímate! Levántate,quete llama.”

50 Arrojando su manto, se levantó de un salto y fue a Jesús.

51 Y dirigiéndose a él, Jesúslepreguntó: “¿Qué deseas que haga por ti?” Y el ciego Le respondió: “Raboní (Mi Maestro), que recobre la vista.”

52 “Vete, tu fe te ha sanado,” le dijo Jesús. Al instante el ciego recobró la vista, y Lo seguía por el camino.

Marcos 11

La Entrada Triunfal

1 Cuando se acercaban a Jerusalén, por Betfagé y Betania, cerca del Monte de los Olivos, Jesús envió a dos de Sus discípulos,

2 y les dijo: “Vayan a la aldea enfrente de ustedes, y tan pronto como entren en ella, encontrarán un pollino atado en el cual nadie se ha montado todavía; desátenlo y tráiganlo.

3 Si alguien les dice: ‘¿Por qué hacen eso?’ digan: ‘El Señor lo necesita;’ y enseguida lo devolverá acá.”

4 Ellos fueron y encontraron un pollino atado junto a la puerta, afuera en la calle, y lo desataron.

5 Y algunos de los que estaban allí les dijeron: “¿Qué hacen desatando el pollino?”

6 Ellos les respondieron tal como Jesúsleshabía dicho, y les dieron permiso.

7 Entonces trajeron el pollino a Jesús y echaron encima sus mantos, y El se sentó sobre él.

8 Muchos tendieron sus mantos en el camino, y otrostendieronramas que habían cortado de los campos.

9 Los que iban delante y los que Lo seguían, gritaban: “¡Hosanna! BenditoEl que viene en el nombre delSeñor;

10 Bendito el reino de nuestro padre David que viene; ¡Hosanna en las alturas!”

11 Jesús entró en Jerusalén,fueal templo, y después de mirar todo alrededor, salió para Betania con los docediscípulos,siendo ya avanzada la hora.

La Higuera Estéril

12 Al día siguiente, cuando salieron de Betania, Jesús tuvo hambre.

13 Y viendo de lejos una higuera con hojas, fuea versi quizá pudiera hallar algo en ella; cuando llegó a ella, no encontró más que hojas, porque no era tiempo de higos.

14 Jesús, hablandoa la higuera,le dijo: “Nunca jamás coma nadie fruto de ti.” Y Sus discípulosleestaban escuchando.

Jesús Echa a los Mercaderes del Templo

15 Llegaron a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo; volcó las mesas de los que cambiaban el dinero y los asientos de los que vendían las palomas,

16 y no permitía que nadie transportara objeto alguno a través del templo.

17 Y les enseñaba, diciendo: “¿No está escrito: ‘Mi casa sera llamada casa de oracion para todas las naciones’? Pero ustedes la han hechocueva de ladrones.”

18 Los principales sacerdotes y los escribas oyeronestoy buscaban cómo destruir a Jesús, pero Le tenían miedo, pues toda la multitud estaba admirada de Su enseñanza.

19 Cuando atardecía,Jesús y Sus discípulossolían salir fuera de la ciudad.

El Poder de la Fe

20 Por la mañana, cuando pasaban, vieron la higuera seca desde las raíces.

21 Entonces Pedro, acordándose, dijo a Jesús: “Rabí (Maestro), mira, la higuera que maldijiste se ha secado.”

22 Y Jesús respondió: “Tengan fe en Dios.

23 En verdad les digo que cualquiera que diga a este monte: ‘Quítate y arrójate al mar,’ y no dude en su corazón, sino crea que lo que dice va a suceder, le seráconcedido.

24 Por eso les digo que todas las cosas por las que oren y pidan, crean queya lashan recibido, y les seránconcedidas.

25 Y cuando estén orando, perdonen si tienen algo contra alguien, para que también su Padre que está en los cielos les perdone a ustedes sus transgresiones.

26 Pero si ustedes no perdonan, tampoco su Padre que está en los cielos perdonará sus transgresiones.”

La Autoridad de Jesús Puesta en Duda

27 Llegaron de nuevo a Jerusalén; y cuando Jesús andaba por el templo, se acercaron a El los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos,

28 y Le preguntaron: “¿Con qué autoridad haces estas cosas, o quién Te dio la autoridad para hacer esto?”

29 Jesús les respondió: “Yotambiénles haré una pregunta; respóndanla,yentoncesles diré con qué autoridad hago estas cosas.

30 El bautismo de Juan, ¿era del cielo o de los hombres? Respondan.”

31 Y ellos discutían entre sí, diciendo: “Si decimos: ‘Del cielo,’ El dirá: ‘Entonces, ¿por qué no le creyeron?’

32 ¿Pero si decimos: ‘De los hombres’?”Perotemían a la multitud, porque todos consideraban que Juan verdaderamente había sido un profeta.

33 Respondiendo a Jesús, dijeron: “No sabemos.” Jesús les dijo: “Tampoco Yo les diré con qué autoridad hago estas cosas.”

Marcos 12

Parábola de los Labradores Malvados

1 Entonces Jesús comenzó a hablarles en parábolas: “Un hombreplanto una viña y la cerco con un muro,cavo un estanque debajo del lagar y edifico una torre; la arrendó a labradores y se fue de viaje.

2 Al tiempode la vendimiaenvió un siervo a los labradores para recibir de los labradoressu partede los frutos de la viña.

3 Pero ellos, echándole mano, lo golpearon y lo enviaron con las manos vacías.

4 De nuevo les mandó otro siervo, y a él lo hirieron en la cabeza y lo trataron vergonzosamente.

5 Envió a otro y a éste lo mataron; yasí conmuchos otros, golpeando a unos y matando a otros.

6 Todavía le quedaba uno, un hijo amado; y les envió a este último, diciendo: ‘Respetarán a mi hijo.’

7 Pero aquellos labradores se dijeron entre sí: ‘Este es el heredero; ¡vengan, matémoslo, y la heredad será nuestra!’

8 Echándole mano, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña.

9 ¿Qué hará, entonces, el dueño de la viña? Vendrá y destruirá a los labradores, y dará la viña a otros.

10 ¿Ni aun esta Escritura han leído: ‘La piedra que desecharon los constructores,esa,en piedra angularse ha convertido;

11 esto fue hecho de parte delSeñor,y es maravilloso a nuestros ojos’?”

12 Y procuraban prender a Jesús, pero temían a la multitud, porque comprendieron que contra ellos había dicho la parábola. Y Lo dejaron y se fueron.

El Pago del Impuesto al César

13 Pero enviaron algunos de los Fariseos y de los Herodianos para sorprender a Jesús enalgunapalabra.

14 Cuando ellos llegaron, Le dijeron: “Maestro, sabemos que eres veraz y que no buscas el favor de nadie, porque eres imparcial, y enseñas el camino de Dios con verdad. ¿Es lícito pagar impuesto al César, o no?

15 ¿Pagaremos o no pagaremos?” Pero El, dándose cuenta de su hipocresía, les preguntó: “¿Por qué Me están poniendo a prueba? Traigan un denario (moneda Romana) para verlo.”

16 Se lotrajeron, y El les dijo: “¿De quién es esta imagen y la inscripción?” “Del César,” Le contestaron.

17 Entonces Jesús les dijo: “Den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.” Y se maravillaban de El.

Pregunta sobre la Resurrección

18 AlgunosSaduceos, los que dicen que no hay resurrección, se acercaron a Jesús, y Le dijeron:

19 “Maestro, Moisés nos dejó escrito: ‘Si el hermano de alguien muerey deja mujery no deja hijo, quesu hermano tome la mujer y levante descendencia a su hermano.’

20 Hubo siete hermanos; y el primero tomó esposa, y murió sin dejar descendencia.

21 El segundo la tomó, y murió sin dejar descendencia; y asimismo el tercero;

22 y asílos siete, sin dejar descendencia. Y por último murió también la mujer.

23 En la resurrección, cuando resuciten, ¿de cuál de ellos será mujer? Pues los siete la tuvieron por mujer.”

24 Jesús les dijo: “¿No es ésta la razón por la que están ustedes equivocados: que no entienden las Escrituras ni el poder de Dios?

25 Porque cuando ellos resuciten de entre los muertos, ni se casarán ni serán dados en matrimonio, sino que serán como los ángeles en los cielos.

26 Y en cuanto a que los muertos resucitan, ¿no han leído en el Libro de Moisés,en el pasajesobre la zarzaardiendo,cómo Dios le dijo: ‘Yo soy elDios deAbraham,y elDios deIsaac,y elDios deJacob’?

27 El no es Dios de muertos, sino de vivos; ustedes están muy equivocados.”

El Mandamiento Supremo

28 Cuando uno de los escribas se acercó, los oyó discutir, y reconociendo que Jesús les había contestado bien, Le preguntó: “¿Cuál mandamiento es el más importante (el primero) de todos?”

29 Jesús respondió: “El más importante es: ‘Escucha, Israel;elSeñor nuestroDios,elSeñor uno es;

30 y amaras alSeñor tuDios con todo tu corazon,y con toda tu alma,y con toda tu mente,y con toda tu fuerza.’

31 El segundo es éste: ‘Amaras a tu projimo como a ti mismo.’ No hay otro mandamiento mayor que éstos.”

32 Y el escriba Le dijo: “Muy bien, Maestro; con verdad has dicho que El esUno,y no hay otro ademas deEl;

33 y que amarle aEl con todo el corazon y con todo el entendimiento y con todas las fuerzas,y amar al projimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y los sacrificios.”

34 Viendo Jesús que él había respondido sabiamente, le dijo: “No estás lejos del reino de Dios.” Y después de eso, nadie se aventuraba a hacer más preguntas.

Jesús, Hijo y Señor de David

35 Mientras enseñaba en el templo Jesús decía: “¿Por qué dicen los escribas que el Cristo (el Mesías) es hijo de David?

36 David mismo dijo por el Espíritu Santo: ‘ElSeñor dijo a miSeñor: “sientate aMi diestra,hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies.”‘”

37 David mismo Lo llama ‘Señor.’ ¿En qué sentido es, pues, su hijo?” Y la gran multitud Lo escuchaba con gusto.

Advertencia contra los Escribas

38 Y en Su enseñanza les decía: “Cuídense de los escribas, a quienes les gusta andar con vestiduras largas, yamanlos saludos respetuosos en las plazas,

39 los primeros asientos en las sinagogas y los lugares de honor en los banquetes;

40 que devoran las casas de las viudas, y por las apariencias hacen largas oraciones; éstos recibirán mayor condenación.”

La Ofrenda de la Viuda

41 Jesús se sentó frente alarca deltesoro, y observaba cómo la multitud echaba dinero en elarca deltesoro; y muchos ricos echaban grandes cantidades.

42 Llegó una viuda pobre y echó dos pequeñas monedas de cobre, o sea, un cuadrante.

43 Y llamando Jesús a Sus discípulos, les dijo: “En verdad les digo, que esta viuda pobre echó más que todos los contribuyentes al tesoro;

44 porque todos ellos echaron de lo que les sobra, pero ella, de su pobreza, echó todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir.”

Marcos 13

Profecía sobre la Destrucción del Templo

1 Cuando Jesús salía del templo, uno de Sus discípulos Le dijo: “Maestro, ¡mira qué piedras y qué edificios!”

2 Y Jesús le dijo: “¿Ves estos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra que no sea derribada.”

Señales antes del Fin

3 Y estando El sentado en el Monte de los Olivos, frente al templo, Pedro, Jacobo (Santiago), Juan y Andrés Le preguntaban en privado:

4 “Dinos, ¿cuándo sucederá esto, y qué señalhabrácuando todas estas cosas se hayan de cumplir?”

5 Y Jesús comenzó a decirles: “Miren que nadie los engañe.

6 Muchos vendrán en Mi nombre diciendo: ‘Yo soyel Cristo,’ y engañarán a muchos.

7 Cuando ustedes oigan de guerras y de rumores de guerras, no se alarmen; es necesario quetodo estosuceda, pero todavía noesel fin.

8 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá terremotos en diversos lugares; y habrá hambres. Estosóloeselcomienzo de dolores.

9 “Pero ustedes, estén alerta; porque los entregarán a los tribunales y serán azotados en las sinagogas, y comparecerán delante de gobernadores y reyes por Mi causa, para testimonio a ellos.

10 Pero primero el evangelio debe ser predicado a todas las naciones.

11 Cuando los lleven y los entreguen, no se preocupen de antemano por lo que van a decir, sino que lo que les sea dado en aquella hora, eso hablen; porque no son ustedes los que hablan, sino el Espíritu Santo.

12 El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y les causarán la muerte.

13 Y ustedes serán odiados de todos por causa de Mi nombre, pero el que persevere hasta el fin, ése será salvo.

La Abominación de la Desolación

14 “Pero cuando vean laabominacion de la desolacionpuesta donde no debe estar (el que lea, que entienda), entonces los que estén en Judea huyan a los montes;

15 y el que esté en la azotea, no baje ni entre a sacar nada de su casa;

16 y el que esté en el campo, no vuelva a tomar su capa.

17 Pero, ¡ay de las que estén encinta y de las que estén criando en aquellos días!

18 Oren para que esto no suceda en el invierno.

19 Porque aquellos días serándetribulación, tal como no ha acontecido desde el principio de la creación que hizo Dios hasta ahora, ni acontecerá jamás.

20 Si el Señor no hubiera acortado aquellos días, nadie se salvaría; pero por causa de los escogidos que El eligió, acortó los días.

21 Entonces, si alguien les dice: ‘Miren, aquíestáel Cristo (el Mesías),’ o: ‘Miren, allíestá,’ nolocrean.

22 Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y mostrarán señales y prodigios a fin de extraviar, de ser posible, a los escogidos.

23 Pero ustedes, estén alerta; vean que se lo he dicho todo de antemano.

La Venida del Hijo del Hombre

24 “Pero en aquellos días, después de esa tribulación,el sol se oscurecera y la luna no dara su luz,

25 las estrellas iran cayendodel cielo y las potencias que están en los cielos serán sacudidas.

26 Entonces veránalHijo delHombreque viene en las nubescon gran poder y gloria.

27 Y entonces El enviará a los ángeles, y reunirá a Sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.

Parábola de la Higuera

28 “De la higuera aprendan la parábola: cuando su rama ya se pone tierna y echa las hojas, saben que el verano está cerca.

29 Así también ustedes, cuando vean que suceden estas cosas, sepan que El está cerca, a las puertas.

30 En verdad les digo que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda.

31 El cielo y la tierra pasarán, pero Mis palabras no pasarán.

32 Pero de aquel día o deaquellahora nadie sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sinosóloel Padre.

Exhortación a Velar

33 “Estén alerta, velen; porque no saben cuándo es el tiemposeñalado.

34 Escomo un hombre que se fue de viaje,yal salir de su casa dejó a sus siervos encargados,asignándolea cada uno su tarea, y ordenó al portero que estuviera alerta.

35 Por tanto, velen, porque no saben cuándo viene el señor de la casa, si al atardecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer;

36 no sea que venga de repente y los halle dormidos.

37 Y lo que a ustedes digo, a todos digo: ¡Velen!”