Jueces 4

Débora y Barac

1 Después que Aod murió, los Israelitas volvieron a hacer lo malo ante los ojos del Señor.

2 Y el Señorlos vendió en mano de Jabín, rey de Canaán, que reinaba en Hazor. El comandante de su ejército era Sísara, que vivía en Haroset Goyim.

3 Entonces los Israelitas clamaron al Señor, porque Jabín tenía 900 carros de hierro y había oprimido duramente a los Israelitas durante veinte años.

4 Débora, profetisa, mujer de Lapidot, juzgaba a Israel en aquel tiempo.

5 Ella se sentaba debajo de la palmera de Débora entre Ramá y Betel, en la región montañosa de Efraín; y los Israelitas subían a ella apedirjuicio.

6 Ella mandó llamar a Barac, hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le dijo: “Esto ha ordenado el Señor, Dios de Israel: ‘Ve, marcha al Monte Tabor y lleva contigo a 10,000 hombres de los hijos de Neftalí y de los hijos de Zabulón.

7 Y yo atraeré hacia ti a Sísara, comandante del ejército de Jabín, con sus carros y sus muchas tropas hacia el torrente Cisón, y lo entregaré en tus manos.'”

8 Barac le respondió: “Si tú vas conmigo, yo iré; pero si no vas conmigo, no iré.”

9 “Ciertamente iré contigo,” le dijo Débora. “Sin embargo, el honor no será tuyo en la jornada que vas a emprender, porque el Señorvenderá a Sísara en manos de una mujer.” Entonces Débora se levantó y fue con Barac a Cedes.

10 Barac convocó a Zabulón y a Neftalí en Cedes, y subieron con él 10,000 hombres. Débora también subió con él.

11 Heber el Quenita, se había separado de los Quenitas, de los hijos de Hobab, suegro de Moisés, y había plantado su tienda cerca de la encina en Zaanaim, que está junto a Cedes.

Derrota y Muerte de Sísara

12 Avisaron a Sísara que Barac, hijo de Abinoam, había subido al Monte Tabor.

13 Y juntó Sísara todos sus carros, 900 carros de hierro, y a toda la gente queestabacon él, desde Haroset Goyim hasta el torrente Cisón.

14 Entonces Débora dijo a Barac: “¡Levántate! Porque éste es el día en que el Señorha entregado a Sísara en tus manos. Ya que el Señorha salido delante de ti.” Bajó, pues, Barac del Monte Tabor seguido de 10,000 hombres.

15 El Señorderrotó a Sísara, con todossuscarros y todosuejército, a filo de espada delante de Barac. Y Sísara bajó desucarro, y huyó a pie.

16 Barac persiguió los carros y el ejército hasta Haroset Goyim, y todo el ejército de Sísara cayó a filo de espada. No quedó ni uno.

17 Pero Sísara huyó a pie a la tienda de Jael, mujer de Heber el Quenita. Porquehabíapaz entre Jabín, rey de Hazor, y la casa de Heber el Quenita.

18 Jael salió al encuentro de Sísara, y le dijo: “Venga, señor mío, venga a mí; no tema.” Y él fue hacia ella a la tienda, y ella lo cubrió con una manta.

19 Y él le dijo: “Te ruego que me des a beber un poco de agua, porque tengo sed.” Y ella abrió un odre de leche y le dio de beber; entonces lo cubrió.

20 Y él le dijo: “Ponte a la entrada de la tienda, y si alguien viene y te pregunta: ‘¿Hay alguien aquí?’ tú responderás: ‘No.'”

21 Pero Jael, mujer de Heber, tomó una estaca de la tienda y tomando en la mano un martillo, se le acercó silenciosamente y le clavó la estaca en las sienes, la cual penetró en la tierra, pues él estaba profundamente dormido y agotado, y murió.

22 Y cuando Barac venía persiguiendo a Sísara, Jael salió a su encuentro, y le dijo: “Ven, y te mostraré al hombre que buscas.” Y él entró con ella, y vio que Sísara estaba tendido, muerto con la estaca en la sien.

23 Así sometió Dios en aquel día a Jabín, rey de Canaán, delante de los Israelitas.

24 Y la mano de los Israelitas se hizo más y más dura sobre Jabín, rey de Canaán, hasta que lo destruyeron.

Jueces 5

Cántico de Débora y Barac

1 Entonces Débora y Barac, hijo de Abinoam, cantaron en aquel día y dijeron:

2 “¡Por haberse puesto al frente los jefes en Israel, Por haberse ofrecido el pueblo voluntariamente, Bendigan al Señor!

3 ¡Oigan, reyes; presten oído, príncipes! Yo al Señor, yo cantaré, Cantaré alabanzas al Señor, Dios de Israel.

4 Señor, cuando saliste de Seir, Cuando marchaste del campo de Edom, La tierra tembló, también cayeron gotas del cielo, Y las nubes destilaron agua.

5 Los montes se estremecieron ante la presencia del Señor, Aquel Sinaí, ante la presencia del Señor, Dios de Israel.

6 En los días de Samgar, hijo de Anat, En los días de Jael, quedaron desiertos los caminos, Y los viajeros andaban por sendas tortuosas.

7 Se habían terminado los campesinos, se habían terminado en Israel, Hasta que yo, Débora, me levanté, Hasta que me levanté,comomadre en Israel.

8 Habían escogido nuevos dioses; Entonces la guerraestabaa las puertas. No se veía escudo ni lanza Entre 40,000 en Israel.

9 Mi corazón está con los jefes de Israel, Los voluntarios entre el pueblo. ¡Bendigan al Señor!

10 Ustedes que cabalgan en asnas blancas, Que se sientan enricostapices, Que viajan por el camino, canten.

11 Al sonido de los que dividen lasmanadasentre los abrevaderos, Allí repetirán los actos de justicia del Señor, Los actos de justicia para con Sus campesinos en Israel. Entonces el pueblo del Señordescendió a las puertas.

12 Despierta, despierta, Débora. Despierta, despierta, entona un cántico. Levántate, Barac, y lleva a tus cautivos, hijo de Abinoam.

13 Entonces los sobrevivientes descendieron sobre los nobles. El pueblo del Señorvino a mí como guerreros.

14 De Efraíndescendieronlos arraigados en Amalec, En pos de ti, Benjamín, con tus pueblos. De Maquir descendieron jefes, Y de Zabulón los que manejan vara de mando.

15 Los príncipes de Isacarestabancon Débora; ComoestabaIsacar, asíestabaBarac. Al valle se apresuraron pisándole los talones. Entre las divisiones de RubénHabíagrandes resoluciones de corazón.

16 ¿Por qué te sentaste entre los rediles, Escuchando los toques de flauta para los rebaños? Entre las divisiones de RubénHabíagrandes indecisiones de corazón.

17 Galaad se quedó al otro lado del Jordán. ¿Y por qué se quedó Dan enlasnaves? Aser se sentó a la orilla del mar, Y se quedó junto a sus puertos.

18 Zabulónerapueblo que despreció su vidahastala muerte. Y también Neftalí, en las alturas del campo.

19 Vinieron los reyesypelearon; Pelearon entonces los reyes de Canaán En Taanac, cerca de las aguas de Meguido. No tomaron despojos de plata.

20 Desde los cielos las estrellas pelearon, Desde sus órbitas pelearon contra Sísara.

21 El torrente Cisón los barrió, El antiguo torrente, el torrente Cisón. Marcha, alma mía con poder.

22 Entonces resonaron los cascos de los caballos Por el galopar, el galopar de sus valientes corceles.

23 ‘Maldigan a Meroz,’ dijo el ángel del Señor, ‘maldigan, maldigan a sus moradores; Porque no vinieron en ayuda del Señor, En ayuda del Señorcontra los guerreros.’

24 Bendita entre las mujeres es Jael, Mujer de Heber el Quenita; Bendita sea entre las mujeres de la tienda.

25 El pidió agua,yella le dio leche. En taza de nobles le trajo cuajada.

26 Extendió ella la mano hacia la estaca de la tienda, Y su diestra hacia el martillo de trabajadores. Entonces golpeó a Sísara, desbarató su cabeza. Destruyó y perforó sus sienes.

27 A sus pies él se encorvó, cayó, quedó tendido; A sus pies se encorvóycayó. Donde se encorvó, allí quedó muerto.

28 Miraba por la ventana y se lamentaba La madre de Sísara, por entre la celosía: ‘¿Por qué se tarda en venir su carro? ¿Por qué se retrasa el trotar de sus carros?’

29 Sus sabias princesas le respondían, Aun a sí misma ella repite sus palabras:

30 ‘¿Acaso no han hallado el botíny se loestán repartiendo? ¿Una doncella, dos doncellas para cada guerrero. Para Sísara un botín de tela de colores, Un botín de tela de colores bordada, Tela de colores de doble bordadura en el cuello del victorioso?’

31 Así perezcan todos Tus enemigos, oh Señor. Pero sean los que Te aman como la salida del sol en toda su fuerza.” Y el país tuvo descanso por cuarenta años.

Jueces 6

Opresión de Israel por los Madianitas

1 Entonces los Israelitas hicieron lo malo ante los ojos del Señor, y el Señorlos entregó en manos de Madián por siete años.

2 Y el poder de Madián prevaleció sobre Israel. Por causa de los Madianitas, los Israelitas se hicieron escondites en las montañas y en las cavernas y en los lugares fortificados.

3 Porque sucedía que cuandolos hijos deIsrael sembraban, los Madianitas venían con los Amalecitas y los hijos del oriente y subían contra ellos.

4 Acampaban frente a ellos y destruían el producto de la tierra hasta Gaza, y no dejaban sustento alguno en Israel, ni oveja, ni buey, ni asno.

5 Porque subían con su ganado y sus tiendas, y entraban como langostas en multitud. Tanto ellos como sus camellos eran innumerables, y entraban en la tierra para devastarla.

6 Así fue empobrecido Israel en gran manera por causa de Madián, y los Israelitas clamaron al Señor.

7 Cuando los Israelitas clamaron al Señora causa de Madián,

8 el Señorenvió un profeta a los Israelitas que les dijo: “Así dice el Señor, Dios de Israel: ‘Fui Yo el que los hice subir a ustedes de Egipto, y los saqué de la casa de servidumbre (de esclavos).

9 Los libré de la mano de los Egipcios y de la mano de todos sus opresores. Los desalojé delante de ustedes, les di su tierra,

10 y les dije: “Yo soy el Señorsu Dios. No temerán (reverenciarán) a los dioses de los Amorreos en cuya tierra habitan. Pero ustedes no Me han obedecido.”‘”

Llamamiento de Gedeón

11 Entonces vino el ángel del Señory se sentó debajo de la encina queestabaen Ofra, la cual pertenecía a Joás de Abiezer. Y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los Madianitas.

12 Y el ángel del Señorse le apareció, y le dijo: “El Señorestá contigo, valiente guerrero.”

13 Entonces Gedeón le respondió: “Ah señor mío, si el Señorestá con nosotros, ¿por qué nos ha ocurrido todo esto? ¿Y dónde están todas Sus maravillas que nuestros padres nos han contado, diciendo: ‘¿No nos hizo el Señorsubir de Egipto?’ Pero ahora el Señornos ha abandonado, y nos ha entregado en mano de los Madianitas.”

14 Y el Señorlo miró, y le dijo: “Ve con esta tu fuerza, y libra a Israel de la mano de los Madianitas. ¿No te he enviado Yo?”

15 “Ah Señor,” le respondió Gedeón, “¿cómo libraré a Israel? Mi familia es la más pobre en Manasés, y yo el menor de la casa de mi padre.”

16 Pero el Señorle dijo: “Ciertamente Yo estaré contigo, y derrotarás a Madián como a un solo hombre.”

17 YGedeónLe dijo: “Si he hallado gracia ante Tus ojos, muéstrame una señal de que eres Tú el que hablas conmigo.

18 Te ruego que no Te vayas de aquí hasta que yo vuelva a Ti, y traiga mi ofrenda y la ponga delante de Ti.” “Me quedaré hasta que vuelvas,” le respondió el Señor.

19 Y Gedeón entró y preparó un cabrito y pan sin levadura con un efa de harina (22 litros). Puso la carne en una cesta y el caldo en un caldero, ylosllevó yse lospresentó al ángel debajo de la encina.

20 Y el ángel de Dios le dijo: “Toma la carne y el pan sin levadura, ponlos sobre esta peña y derrama el caldo.” Y así lo hizo Gedeón.

21 Entonces el ángel del Señorextendió la punta de la vara que estaba en su mano y tocó la carne y el pan sin levadura. Y subió fuego de la roca que consumió la carne y el pan sin levadura. Y el ángel del Señordesapareció de su vista.

22 Al ver Gedeón que era el ángel del Señor, dijo: “¡Ay de mí, Señor Dios! Porque ahora he visto al ángel del Señorcara a cara.”

23 Y el Señorle dijo: “La pazseacontigo. No temas; no morirás.”

24 Y Gedeón edificó allí un altar al Señory lo llamó El Señores Paz, el cual permanece en Ofra de Abiezer hasta hoy.

Destrucción del Altar de Baal

25 Aquella misma noche el Señorle dijo: “Toma el novillo de tu padre y otro novillo de siete años. Derriba el altar de Baal que pertenece a tu padre y corta la Asera (deidad femenina) que está junto a él.

26 Edifica después, en debida forma, un altar al Señortu Dios sobre la cumbre de este peñasco. Toma el segundo novillo y ofrece holocausto con la leña de la Asera que has cortado.”

27 Gedeón tomó diez hombres de sus siervos e hizo como el Señorle había dicho. Pero como temía mucho a la casa de su padre y a los hombres de la ciudad para hacer esto de día, lo hizo de noche.

28 Cuando los hombres de la ciudad se levantaron temprano en la mañana, vieron que el altar de Baal había sido derribado y cortada la Asera que estaba junto a él, y que el segundo novillo había sido ofrecido en el altar que se había edificado.

29 Y se dijeron unos a otros: “¿Quién ha hecho esto?” Y cuando buscaron e investigaron, dijeron: “Gedeón, hijo de Joás, ha hecho esto.”

30 Entonces los hombres de la ciudad dijeron a Joás: “Saca a tu hijo para que muera, porque ha derribado el altar de Baal, y también ha cortado la Asera que estaba a su lado.”

31 Pero Joás dijo a todos los que estaban contra él: “¿Lucharán ustedes por Baal, o lo librarán? A cualquiera que luche por él, se le dará muerte antes de llegar la mañana. Si es un dios, que luche por sí mismo, porque alguien ha derribado su altar.”

32 Por tanto, aquel día Gedeón fue llamado Jerobaal, es decir, que Baal luche contra él, porque había derribado su altar.

33 Todos los Madianitas, los Amalecitas y los hijos del oriente se reunieron, y cruzaron y acamparon en el Valle de Jezreel.

34 Y el Espíritu del Señorvino sobre Gedeón, yéstetocó la trompeta y los de Abiezer se juntaron para seguirlo.

35 Envió mensajeros por todo Manasés, que también se juntó para seguirlo. Y envió mensajeros a Aser, a Zabulón y a Neftalí, que subieron a su encuentro.

La Prueba del Vellón

36 Entonces Gedeón dijo a Dios: “Si has de librar a Israel por mi mano, como has dicho,

37 voy a poner un vellón de lana en la era. Si hay rocío solamente en el vellón y toda la tierra queda seca, entonces sabré que librarás a Israel por mi mano, como has dicho.”

38 Y así sucedió. Cuando se levantó temprano en la mañana, exprimió el vellón y escurrió el rocío del vellón, un tazón lleno de agua.

39 Y Gedeón dijo a Dios: “No se encienda Tu ira contra mí si hablo otra vez. Te ruego que me permitas hacer otra vez una prueba con el vellón. Que ahora quede seco el vellón y haya rocío en toda la tierra.”

40 Así lo hizo Dios aquella noche, porque solamente quedó seco el vellón y había rocío en toda la tierra.

Jueces 7

El Ejército de Gedeón Reducido

1 Jerobaal, es decir Gedeón, se levanto temprano y todo el pueblo queestabacon él, y acamparon junto a la fuente de Harod. El campamento de Madián estaba al norte de ellos,cercade la colina de More, en el valle.

2 Y el Señordijo a Gedeón: “El pueblo que está contigo es demasiado numeroso para que Yo entregue a Madián en sus manos; no sea que Israel se vuelva orgulloso, y diga: ‘Mi propia fortaleza me ha librado.’

3 Ahora pues, proclama a oídos del pueblo: ‘Cualquiera que tenga miedo y tiemble, que regrese y se vaya del Monte Galaad.'” Y 22,000 personas regresaron, pero quedaron 10,000.

4 Entonces el Señordijo a Gedeón: “Todavía el pueblo es demasiado numeroso. Hazlos bajar al agua y allí te los probaré. Y será que de quien Yo te diga: ‘Este irá contigo,’ ése irá contigo. Pero todo aquél de quien Yo te diga: ‘Este no irá contigo,’ ése no irá.”

5 E hizo bajar el pueblo al agua. Y el Señordijo a Gedeón: “Pondrás a un lado a todo aquél que lame el agua con su lengua, como lame el perro, y a todo el que se arrodilla para beber.”

6 Y fue el número de los que lamieron, poniendo la mano a su boca, 300 hombres. Pero todo el resto del pueblo se arrodilló para beber.

7 El Señordijo entonces a Gedeón: “Los salvaré con los 300 hombres que lamieron el agua y entregaré a los Madianitas en tus manos. Que todos losdemásdel pueblo se vayan, cada uno a su casa.”

8 Y los 300 hombres tomaron en sus manos las provisiones del pueblo y sus trompetas. YGedeónenvió a todos losdemáshombres de Israel, cada uno a su tienda, pero retuvo a los 300 hombres. El campamento de Madián le quedaba abajo en el valle.

9 Aquella misma noche, el Señorle dijo a Gedeón: “Levántate, desciende contra el campamento porque lo he entregado en tus manos.

10 Pero si tienes temor de descender, baja al campamento con tu criado Fura,

11 y oirás lo que dicen. Entonces tus manos serán fortalecidas para descender contra el campamento.” Y descendió con su criado Fura hasta los puestos avanzados del ejército queestabanen el campamento.

12 Los Madianitas, los Amalecitas y todos los hijos del oriente estaban recostados en el valle, numerosos como langostas; y sus camellos eran innumerables, tan numerosos como la arena a la orilla del mar.

13 Cuando Gedeón llegóallí,un hombre estaba contando un sueño a su amigo: “Escuchen, tuve un sueño. Un pan de cebada iba rodando hasta el campamento de Madián, y llegó hasta la tienda y la golpeó de manera que cayó, y la volcó de arriba abajo y la tienda quedó extendida.”

14 Su amigo le respondió: “Esto no es otra cosa que la espada de Gedeón, hijo de Joás, varón de Israel. Dios ha entregado en su mano a Madián y a todo el campamento.”

15 Cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación, se inclinó y adoró. Volvió al campamento de Israel, y dijo: “Levántense, porque el Señorha entregado en manos de ustedes el campamento de Madián.”

16 Y dividió los 300 hombres en tres compañías, y puso trompetas y cántaros vacíos en las manos de todos ellos, con antorchas dentro de los cántaros.

17 “Mírenme,” les dijo, “y hagan lo mismo que yo. Y cuando yo llegue a las afueras del campamento, como yo haga, así harán ustedes.

18 Cuando yo y todos los que estén conmigo toquemos la trompeta, entonces también ustedes tocarán las trompetas alrededor de todo el campamento, y digan: ‘Por el Señory por Gedeón.'”

Derrota de los Madianitas

19 Gedeón llegó con los 100 hombres que estaban con él a las afueras del campamento, al principio de la guardia de medianoche, cuando apenas habían apostado la guardia. Entonces tocaron las trompetas y rompieron los cántaros que tenían en las manos.

20 Cuando las tres compañías tocaron las trompetas, rompieron los cántaros, y sosteniendo las antorchas en la mano izquierda y las trompetas en la mano derecha para tocarlas, gritaron: “¡La espada del Señory de Gedeón!”

21 Cada uno se mantuvo en su lugar alrededor del campamento; y todo el ejércitode los Madianitasechó a correr gritando mientras huían.

22 Cuando tocaron las 300 trompetas, el Señorpuso la espada del uno contra el otro por todo el campamento; y el ejército huyó hasta Bet Sita, en dirección de Zerera, hasta la orilla de Abel Mehola, junto a Tabat.

23 Y los hombres de Israel se reunieron, de Neftalí, de Aser y de todo Manasés, y persiguieron a los Madianitas.

24 Gedeón envió mensajeros por toda la región montañosa de Efraín y dijo: “Desciendan contra Madián y tomen los vados antes que ellos, hasta Bet Bara y el Jordán.” Y todos los hombres de Efraín se reunieron y tomaron los vados hasta Bet Bara y el Jordán.

25 Y capturaron a los dos jefes de Madián, Oreb y Zeeb. Mataron a Oreb en la peña de Oreb y mataron a Zeeb en el lagar de Zeeb, cuando perseguían a Madián, y le llevaron a Gedeón las cabezas de Oreb y Zeeb, del otro lado del Jordán.

Jueces 8

Derrota de Zeba y Zalmuna

1 Entonces los hombres de Efraín le dijeron: “¿Qué es esto que nos has hecho, al no llamarnos cuando fuiste a pelear contra Madián?” Y lo criticaron duramente.

2 Pero él les dijo: “¿Qué he hecho yo ahora en comparación con ustedes? ¿No es mejor el rebusco de Efraín que la vendimia de Abiezer?

3 Dios ha entregado en manos de ustedes a los jefes de Madián, Oreb y Zeeb; ¿y qué pude hacer yo en comparación con ustedes?” Entonces se aplacó la ira de ellos contra él cuando dijo esto.

4 Gedeón y los 300 hombres queibancon él llegaron al Jordánylo cruzaron, cansados, pero continuando la persecución.

5 Entonces Gedeón dijo a los hombres de Sucot: “Les ruego que den pan a la gente que me sigue, porque están cansados, y estoy persiguiendo a Zeba y a Zalmuna, reyes de Madián.”

6 Pero los jefes de Sucot dijeron: “¿Están ya las manos de Zeba y Zalmuna en tu poder para que demos pan a tu ejército?”

7 Gedeón respondió: “Muy bien, cuando el Señorhaya entregado en mi mano a Zeba y a Zalmuna, trillaré las carnes de ustedes con espinos y cardos del desierto.”

8 De allí subió Gedeón a Peniel, y les habló de la misma manera; y los hombres de Peniel le respondieron tal como los de Sucot le habían contestado.

9 Y habló también a los hombres de Peniel: “Cuando yo vuelva sano y salvo, derribaré esta torre.”

10 Ahora bien, Zeba y Zalmuna estaban en Carcor, y sus ejércitos con ellos, unos 15,000 hombres, los que habían quedado de todo el ejército de los hijos del oriente. Porque los que habían caído eran 120,000 hombres que sacaban espada.

11 Gedeón subió por el camino de los que habitaban en tiendas al este de Noba y Jogbeha, y atacó el campamento cuando el campamento estaba desprevenido.

12 Cuando Zeba y Zalmuna huyeron, los persiguió. Capturó a los dos reyes de Madián, Zeba y Zalmuna y llenó de terror a todo el ejército.

13 Después Gedeón, hijo de Joás, volvió de la batalla por la subida a Heres.

14 Y capturó a un joven de Sucot y lo interrogó. Entoncesel jovenle dio por escritolos nombres delos príncipes de Sucot y de sus ancianos, setenta y siete hombres.

15 Entonces Gedeon fue a los hombres de Sucot y les dijo: “Aquí están Zeba y Zalmuna, acerca de los cuales ustedes me injuriaron, diciendo: ‘¿Están ya las manos de Zeba y Zalmuna en tu mano para que demos pan a tus hombres que están fatigados?'”

16 Entonces tomó a los ancianos de la ciudad, y espinos del desierto y cardos, y con ellos castigó a los hombres de Sucot.

17 Derribó la torre de Peniel y mató a los hombres de la ciudad.

18 Después dijo a Zeba y a Zalmuna: “¿Qué clase de hombreseranlos que ustedes mataron en Tabor?” “Eran como tú,” respondieron ellos, “cada uno parecía hijo de rey.”

19 “Eranmis hermanos,” dijo él, “hijos de mi madre. Vive el Señor, que si los hubieran dejado con vida, yo no les quitaría la vida a ustedes.”

20 Y dijo a Jeter su primogénito: “Levántate y mátalos.” Pero el joven no sacó la espada porque tenía temor, pues todavía era muchacho.

21 Entonces Zeba y Zalmuna dijeron: “Levántate tú y cae sobre nosotros; porque como es el hombre, así es su fortaleza (valentía).” Y se levantó Gedeón y mató a Zeba y a Zalmuna, y tomó los adornos de media luna que sus camellos llevaban al cuello.

Ultimos Años de Gedeón

22 Los hombres de Israel le dijeron a Gedeón: “Reina sobre nosotros, tú y tus hijos, y también el hijo de tu hijo, porque nos has librado de la mano de Madián.”

23 Pero Gedeón les respondió: “No reinaré sobre ustedes, ni tampoco reinará sobre ustedes mi hijo. El Señorreinará sobre ustedes.”

24 “Quisiera pedirles,” Gedeón les dijo, “que cada uno de ustedes me dé un zarcillo de su botín” (pues tenían zarcillos de oro, porque eran Ismaelitas).

25 “De ciertote losdaremos,” dijeron ellos. Y tendieron un manto, y cada uno de ellos echó allí un zarcillo de su botín.

26 El peso de los zarcillos de oro que él pidió fue de 1,700siclos(19.4 kilos) de oro, sin contar los adornos de media luna, los pendientes y los vestidos de púrpura quellevabanlos reyes de Madián y sin contar los collares quellevabansus camellos al cuello.

27 Gedeón hizo de ello un efod, y lo colocó en Ofra, su ciudad, con el cual todo Israel se prostituyó allí, y esto vino a ser ruina para Gedeón y su casa.

28 Pero Madián fue sometido delante de los Israelitas, y ya no volvieron a levantar cabeza. Y el país tuvo descanso por cuarenta años en los días de Gedeón.

29 Entonces Jerobaal, (Gedeón) hijo de Joás, fue y habitó en su casa.

30 Y tuvo setenta hijos que fueron sus descendientes directos, porque tuvo muchas mujeres.

31 La concubina queteníaen Siquem también le dio un hijo, y le puso por nombre Abimelec.

32 Gedeón, hijo de Joás, murió a una edad avanzada y fue sepultado en el sepulcro de su padre Joás, en Ofra de los Abiezeritas.

33 Al morir Gedeón, los Israelitas volvieron a prostituirse con los baales e hicieron a Baal Berit su dios.

34 Así que los Israelitas se olvidaron del Señorsu Dios que los había librado de manos de todos sus enemigos en derredor.

35 Tampoco mostraron bondad a la casa de Jerobaal,es decir,Gedeón, conforme a todo el bien que él había hecho a Israel.

Jueces 9

Conspiración de Abimelec

1 Abimelec, hijo de Jerobaal, fue a Siquem, a los parientes de su madre, y les dijo a ellos y a toda la familia de la casa del padre de su madre:

2 “Hablen ahora a oídos de todos los habitantes de Siquem: ‘¿Qué es mejor para ustedes, que todos los hijos de Jerobaal, setenta hombres, reinen sobre ustedes, o que reine sobre ustedes un solo hombre?’ Además, acuérdense que yo soy hueso y carne de ustedes.”

3 Y los parientes de su madre hablaron todas estas palabras por él a oídos de todos los habitantes de Siquem. Y ellos se inclinaron a seguir a Abimelec, porque dijeron: “Es pariente nuestro.”

4 Le dieron setentapiezasde plata de la casa de Baal Berit, con las cuales Abimelec tomó a sueldo hombres indignos y temerarios que lo siguieron.

5 Luego fue a la casa de su padre en Ofra y sobre una piedra mató a sus hermanos, los hijos de Jerobaal, setenta hombres. Pero Jotam, el hijo menor de Jerobaal, se libró porque se escondió.

6 Y se reunieron todos los habitantes de Siquem y todo Bet Milo, y fueron e hicieron rey a Abimelec, junto a la encina del pilar que había en Siquem.

7 Cuando se lo informaron a Jotam, fue y se paró en la cumbre del Monte Gerizim, y alzando su voz, clamó y les dijo: “Escúchenme, habitantes de Siquem, para que los oiga Dios.

8 Una vez los árboles fueron a ungir un rey sobre ellos, y dijeron al olivo: ‘Reina sobre nosotros.’

9 Pero el olivo les respondió: ‘¿He de dejar mi aceite con el cual se honra a Dios y a los hombres, para ir a ondear sobre los árboles?’

10 Entonces los árboles dijeron a la higuera: ‘Ven, reina sobre nosotros.’

11 Pero la higuera les respondió: ‘¿He de dejar mi dulzura y mi buen fruto, para ir a ondear sobre los árboles?’

12 Después los árboles dijeron a la vid: ‘Ven tú, reina sobre nosotros.’

13 Pero la vid les respondió: ‘¿He de dejar mi vino nuevo, que alegra a Dios y a los hombres, para ir a ondear sobre los árboles?’

14 Dijeron entonces todos los árboles a la zarza: ‘Ven tú, reina sobre nosotros.’

15 Y la zarza dijo a los árboles: ‘Si en verdad me ungen por rey sobre ustedes, vengan y refúgiense a mi sombra; y si no, salga fuego de la zarza y consuma los cedros del Líbano.’

16 “Ahora pues, si ustedes han procedido con verdad e integridad al hacer rey a Abimelec, y si han procedido bien con Jerobaal y su casa, y si han procedido con él como él merecía

17 (pues mi padre peleó por ustedes, y arriesgó su vida y los libró de la mano de Madián,

18 pero ustedes se han rebelado hoy contra la casa de mi padre y han matado a sus hijos, setenta hombres, sobre una piedra, y han hecho rey sobre los habitantes de Siquem a Abimelec, el hijo de su sierva, porque es pariente de ustedes)

19 si han, pues, procedido hoy en verdad e integridadparacon Jerobaal y su casa, regocíjense en Abimelec, y que él también se regocije en ustedes.

20 Y si no, salga fuego de Abimelec y consuma a los habitantes de Siquem y de Bet Milo. Y salga fuego de los habitantes de Siquem y de Bet Milo y consuma a Abimelec.”

21 Entonces Jotam escapó y huyó, y se fue a Beer y permaneció allí a causa de su hermano Abimelec.

Reinado de Abimelec

22 Abimelec reinó tres años sobre Israel.

23 Pero Dios envió un espíritu de discordia entre Abimelec y los habitantes de Siquem; y los habitantes de Siquem procedieron pérfidamente con Abimelec,

24 para que viniera la violencia hecha a los setenta hijos de Jerobaal, y recayera la sangre de ellos sobre su hermano Abimelec que los mató, y sobre los habitantes de Siquem que fortalecieron las manos de él para matar a sus hermanos.

25 Los habitantes de Siquem pusieron emboscadas contra él en las cumbres de los montes y robaban a todos los que pasaban cerca de ellos por el camino; y se lo hicieron saber a Abimelec.

26 Gaal, hijo de Ebed, vino con sus parientes, y pasaron a Siquem; y los habitantes de Siquem pusieron su confianza en él.

27 Y salieron al campo y vendimiaron sus viñedos, pisaron las uvas e hicieron fiesta. Y entrando a la casa de su dios, comieron y bebieron y maldijeron a Abimelec.

28 Entonces Gaal, hijo de Ebed, dijo: “¿Quién es Abimelec y quién es Siquem para que le sirvamos? ¿No es acaso hijo de Jerobaal, yno esZebul su oficial? Sirvan a los hombres de Hamor, padre de Siquem; pero ¿por qué hemos de servirle a él?

29 ¡Quién pusiera este pueblo en mis manos! Entonces yo quitaría a Abimelec.” Diría a Abimelec: “Aumenta tu ejército, y sal.”

30 Cuando Zebul, gobernante de la ciudad, oyó las palabras de Gaal, hijo de Ebed, se encendió en ira.

31 Y envió secretamente mensajeros a Abimelec, diciendo: “Gaal, hijo de Ebed, y sus parientes han venido a Siquem, y están alborotando a la ciudad contra ti.

32 Ahora pues, levántate de noche, tú y el pueblo que está contigo, y pon emboscada en el campo.

33 Y en la mañana, en cuanto salga el sol, te levantarás temprano y atacarás la ciudad. Entonces, cuando Gaal y el pueblo que está con él salga contra ti, harás con ellos lo que te venga a mano.”

34 Abimelec y todo el pueblo queestabacon él, se levantaron de noche y pusieron emboscada contra Siquem con cuatro compañías.

35 Gaal, hijo de Ebed, salió y se paró a la entrada de la puerta de la ciudad. Y Abimelec y el pueblo queestabacon él salieron de la emboscada.

36 Al ver Gaal a la gente, dijo a Zebul: “Mira, viene gente bajando de las cumbres de los montes.” “Estás viendo la sombra de los montes comosi fueranhombres,” le dijo Zebul.

37 Pero Gaal volvió a hablar y dijo: “Veo gente que baja de la parte más alta de la tierra, y una compañía viene por el camino de la encina de los adivinos.”

38 Entonces Zebul le dijo: “¿Dónde está ahora tu jactancia con la cual decías: ‘¿Quién es Abimelec para que le sirvamos?’ ¿No es éste el pueblo que despreciabas? Ahora pues, sal y pelea contra él.”

39 Y salió Gaal delante de los habitantes de Siquem y peleó contra Abimelec.

40 Abimelec lo persiguió pero Gaal huyó delante de él. Y muchos cayeron heridos hasta la entrada de la puerta.

41 Y Abimelec se quedó en Aruma, pero Zebul expulsó a Gaal y a sus parientes para que no se quedaran en Siquem.

Captura de Siquem

42 Al día siguiente el pueblo salió al campo, y se lo hicieron saber a Abimelec.

43 Y él tomó a su gente, la dividió en tres compañías y puso emboscadas en el campo. Cuando miró y vio al pueblo salir de la ciudad, se levantó contra ellos y los mató.

44 Entonces Abimelec y la compañía queestabacon él se lanzaron con ímpetu y se situaron a la entrada de la puerta de la ciudad, y las otras dos compañías se lanzaron contra todos los queestabanen el campo y los mataron.

45 Y peleó Abimelec contra la ciudad todo aquel día, capturó la ciudad y mató a la gente quehabíaen ella. Entonces arrasó la ciudad y la sembró de sal.

46 Al oírestotodos los habitantes de la torre de Siquem, se metieron en la fortaleza del templo de El Berit.

47 Y le informaron a Abimelec que todos los habitantes de la torre de Siquem estaban reunidos.

48 Abimelec subió entonces al Monte Salmón, él y toda la gente queestabacon él; y tomando Abimelec un hacha en su mano, cortó una rama de los árboles, la levantó ylapuso sobre su hombro. Y dijo a la gente queestabacon él: “Lo que me han visto hacer, apresúrenseyhagan lo mismo.”

49 Y todo el pueblo cortó también cada uno su rama y siguió a Abimelec, ylaspusieron sobre la fortaleza; prendieron fuego a la fortaleza sobre los que estabanadentro,y murieron también todos los de la torre de Siquem, como 1,000 hombres y mujeres.

Muerte de Abimelec

50 Después Abimelec fue a Tebes, la sitió y la tomó.

51 Pero había una torre fortificada en el centro de la ciudad, y todos los hombres y mujeres, todos los habitantes de la ciudad, huyeron allí, se encerraron y subieron al techo de la torre.

52 Abimelec vino a la torre, la atacó y se acercó a la entrada de la torre para prenderle fuego.

53 Pero una mujer arrojó una rueda de molino sobre la cabeza de Abimelec rompiéndole el cráneo.

54 Entonces él llamó apresuradamente al muchacho que era su escudero, y le dijo: “Saca tu espada y mátame, no sea que se diga de mí: ‘Una mujer lo mató.'” Y el muchacho lo traspasó, y murió.

55 Cuando los hombres de Israel vieron que Abimelec había muerto, cada cual se fue para su casa.

56 Así pagó Dios a Abimelec por la maldad que había hecho a su padre al matar a sus setenta hermanos.

57 Dios también hizo volver sobre sus cabezas toda la maldad de los hombres de Siquem, y vino sobre ellos la maldición de Jotam, hijo de Jerobaal.

Jueces 10

Tola y Jair Jueces de Israel

1 Después dela muerte deAbimelec para salvar a Israel se levantó Tola, hijo de Puá, hijo de Dodo, varón de Isacar. Y habitó en Samir, en la región montañosa de Efraín.

2 Tola juzgó a Israel veintitrés años. Y murió y fue sepultado en Samir.

3 Y tras él se levantó Jair el Galaadita, y juzgó a Israel veintidós años.

4 Estetuvo treinta hijos que cabalgaban en treinta asnos, y tenían treinta ciudades en la tierra de Galaad que se llaman Havot Jair (las aldeas de Jair) hasta hoy.

5 Y murió Jair, y fue sepultado en Camón.

Opresión Amonita

6 Pero los Israelitas volvieron a hacer lo malo ante los ojos del Señor. Sirvieron a los Baales, a Astarot, a los dioses de Aram, a los dioses de Sidón, a los dioses de Moab, a los dioses de los Amonitas y a los dioses de los Filisteos. Abandonaron, pues, al Señory no le sirvieron.

7 Entonces se encendió la ira del Señorcontra Israel, y los entregó en manos de los Filisteos y en manos de los Amonitas.

8 Y ellos afligieron y quebrantaron a los Israelitas ese año. Y por dieciocho añosoprimierona todos los Israelitas queestabanal otro lado del Jordán, en Galaad, en la tierra de los Amorreos.

9 Los Amonitas cruzaron el Jordán para pelear también contra Judá, contra Benjamín y contra la casa de Efraín, y se angustió Israel en gran manera.

10 Entonces los Israelitas clamaron al Señor: “Hemos pecado contra Ti, porque ciertamente hemos abandonado a nuestro Dios y hemos servido a los Baales.”

11 Y el Señorrespondió a los Israelitas: “¿Nolos libré Yode los Egipcios, de los Amorreos, de los Amonitas y de los Filisteos?

12 Cuando los Sidonios, los Amalecitas y los Maonitas los oprimían, clamaron a Mí, y Yo los libré de sus manos.

13 Pero ustedes Me han dejado y han servido a otros dioses. Por tanto, no los libraré más.

14 Vayan y clamen a los dioses que han escogido; que ellos los libren en el tiempo de su aflicción.”

15 Los Israelitas respondieron al Señor: “Hemos pecado, haz con nosotros como bien te parezca. Sólo te rogamos que nos libres en este día.”

16 Y quitaron los dioses extranjeros de en medio de ellos y sirvieron al Señor. Y El no pudo soportar más la angustia de Israel.

17 Entonces los Amonitas se reunieron y acamparon en Galaad, y los Israelitas se juntaron y acamparon en Mizpa.

18 Y el pueblo, los jefes de Galaad, se dijeron unos a otros: “¿Quién es el hombre que comenzará la batalla contra los Amonitas? El será caudillo de todos los habitantes de Galaad.”

Jueces 11

Jefté Libra a Israel

1 Jefté el Galaadita era un guerrero valiente, hijo de una ramera. Galaad era el padre de Jefté.

2 Y la mujer de Galaad le dio hijos. Y cuando los hijos de su mujer crecieron, echaron fuera a Jefté, y le dijeron: “No tendrás heredad en la casa de nuestro padre, porque eres hijo de otra mujer.”

3 Jefté huyó de sus hermanos y habitó en la tierra de Tob. Y hombres indignos se juntaron con Jefté y salían con él.

4 Después de cierto tiempo sucedió que los Amonitas pelearon contra Israel.

5 Y cuando los Amonitas pelearon contra Israel, los ancianos de Galaad fueron a traer a Jefté de la tierra de Tob.

6 Y dijeron a Jefté: “Ven y sé nuestro jefe para que peleemos contra los Amonitas.”

7 Entonces Jefté contestó a los ancianos de Galaad: “¿No me odiaron y me echaron de la casa de mi padre? ¿Por qué, pues, han venido a mí ahora cuando están en apuros?”

8 Y los ancianos de Galaad dijeron a Jefté: “Por esta causa hemos vuelto a ti: para que vengas con nosotros y pelees contra los Amonitas y seas jefe sobre todos los habitantes de Galaad.”

9 Jefté respondió a los ancianos de Galaad: “Si me hacen volver para pelear contra los Amonitas y el Señorme los entrega, ¿seré yo el jefe de ustedes?”

10 Y los ancianos de Galaad dijeron a Jefté: “El Señores testigo entre nosotros. Ciertamente haremos como has dicho.”

11 Entonces Jefté fue con los ancianos de Galaad, y el pueblo lo hizo cabeza y jefe sobre ellos. Y Jefté habló todas sus palabras delante del Señoren Mizpa.

12 Y envió Jefté mensajeros al rey de los Amonitas para que le dijeran: “¿Qué hay entre usted y yo, que ha venido a mí para pelear contra mi tierra?”

13 El rey de los Amonitas dijo a los mensajeros de Jefté: “Porque Israel tomó mi tierra, cuando subieron de Egipto, desde el Arnón hasta el Jaboc y el Jordán; por tanto devuélvela ahora en paz.”

14 Pero Jefté volvió a enviar mensajeros al rey de los Amonitas,

15 que le dijeron: “Así dice Jefté: ‘Israel no tomó la tierra de Moab, ni la tierra de los Amonitas.

16 Porque cuando subieron de Egipto, e Israel pasó por el desierto hasta el Mar Rojo y llegó a Cades,

17 entonces Israel envió mensajeros al rey de Edom diciéndole: “Permítanos, le rogamos, pasar por su tierra,” pero el rey de Edom no los escuchó. También enviaronmensajerosal rey de Moab pero él no consintió, así que Israel permaneció en Cades.

18 Luego atravesaron el desierto y rodearon la tierra de Edom y de Moab, llegaron al lado oriental de la tierra de Moab y acamparon al otro lado del Arnón; pero no entraron en el territorio de Moab, porque el Arnónerala frontera de Moab.

19 Entonces Israel envió mensajeros a Sehón, rey de los Amorreos, rey de Hesbón, y le dijo Israel: “Permítanos, le rogamos, pasar por su tierra a nuestro lugar.”

20 Pero Sehón no confió en Israel para darle paso por su territorio. Reunió, pues, Sehón a todo su pueblo y acampó en Jahaza, y peleó contra Israel.

21 El Señor, Dios de Israel, entregó a Sehón y a todo su pueblo en manos de Israel, y los derrotaron, e Israel tomó posesión de toda la tierra de los Amorreos, los habitantes de esa región.

22 Y poseyeron todo el territorio de los Amorreos desde el Arnón hasta el Jaboc, y desde el desierto hasta el Jordán.

23 Puesto que el Señor, Dios de Israel, expulsó a los Amorreos de delante de su pueblo Israel, ¿va usted a poseerla?

24 ¿No posee usted lo que Quemos, su dios, le ha dado para poseer? De modo que todo el territorio que el Señornuestro Dios ha desposeído delante de nosotros, lo poseeremos.

25 Ahora pues, ¿es usted mejor que Balac, hijo de Zipor, rey de Moab? ¿Acaso luchó él con Israel, o acaso peleó contra ellos?

26 Mientras Israel habitaba en Hesbón y sus pueblos, y en Aroer y sus aldeas, y en todas las ciudades que están a orillas del Arnón por, 300 años, ¿por qué no las recuperó durante ese tiempo?

27 Por tanto, yo no he pecado contra usted, pero usted me está haciendo mal al hacer guerra contra mí. Que el Señor, el Juez, juzgue hoy entre los Israelitas y los Amonitas.'”

28 Pero el rey de los Amonitas no hizo caso al mensaje que Jefté le envió.

Voto y Victoria de Jefté

29 El Espíritu del Señorvino sobre Jefté. Entonces Jefté pasó por Galaad y Manasés. Luego pasó por Mizpa de Galaad, y de Mizpa de Galaad fue adondeestabanlos Amonitas.

30 Y Jefté hizo un voto al Señor, y dijo: “Si en verdad entregas en mis manos a los Amonitas,

31 sucederá que cualquiera que salga de las puertas de mi casa a recibirme cuando yo vuelva en paz de los Amonitas, será del Señor, o lo ofreceré como holocausto.”

32 Jefté cruzó adondeestabanlos Amonitas para pelear contra ellos, y el Señorlos entregó en su mano.

33 Y los hirió con una gran matanza desde Aroer hasta la entrada de Minit, veinte ciudades, hasta Abel Keramim. Y los Amonitas fueron sometidos delante de los Israelitas.

34 Cuando Jefté llegó a su casa en Mizpa, su hija salió a recibirlo con panderos y con danzas. Ella era su única hija. Fuera de ella no tenía hijo ni hija.

35 Al verla, él rasgó sus ropas y dijo: “¡Ay, hija mía! Me has abatido y estás entre los que me afligen. Porque he dado mi palabra al Señor, y no me puedo retractar.”

36 Entonces ella le dijo: “Padre mío, has dado tu palabra al Señor. Haz conmigo conforme a lo que has dicho, ya que el Señorte ha vengado de tus enemigos, los Amonitas.”

37 Y ella dijo a su padre: “Que se haga esto por mí; déjame sola por dos meses, para que vaya yo a los montes y llore por mi virginidad, yo y mis compañeras.”

38 Y él dijo: “Ve,” y la dejó ir por dos meses; y ella se fue con sus compañeras, y lloró su virginidad por los montes.

39 Al cabo de los dos meses ella regresó a su padre, que cumplió con ella conforme al voto que había hecho; y ella no tuvo relaciones con ningún hombre. Y se hizo costumbre en Israel,

40 que de año en año las hijas de Israel fueran cuatro días en el año a conmemorar a la hija de Jefté el Galaadita.

Jueces 12

Muerte de Jefté

1 Los hombres de Efraín se reunieron y cruzaronel Jordánhacia el norte (hacia Zafón), y dijeron a Jefté: “¿Por qué cruzaste a pelear contra los Amonitas sin llamarnos para que fuéramos contigo? Quemaremos tu casa sobre ti.”

2 Y Jefté les respondió: “Yo y mi pueblo estábamos en gran lucha con los Amonitas, y cuando los llamé a ustedes, no me libraron de sus manos.

3 Viendo, pues, que nomeiban a librar, arriesgué mi vida y crucé contra los Amonitas, y el Señorlos entregó en mi mano. ¿Por qué, pues, han subido hoy a pelear contra mí?”

4 Entonces Jefté reunió a todos los hombres de Galaad y peleó contra Efraín. Los hombres de Galaad derrotaron a Efraín, porqueéstosdecían: “Son fugitivos de Efraín, ustedes los Galaaditas, en medio de Efraínyen medio de Manasés.”

5 Y se apoderaron los Galaaditas de los vados del Jordán al lado opuesto de Efraín. Cuando algunodelos fugitivos de Efraín decía: “Déjenme cruzar,” los hombres de Galaad le decían: “¿Eres Efrateo?” Si él respondía: “No,”

6 entonces, le decían: “Di, pues,la palabraShibolet.” Pero él decía: “Sibolet,” porque no podía pronunciarla correctamente. Entonces le echaban mano y lo mataban junto a los vados del Jordán. Y cayeron en aquella ocasión 42,000 de los de Efraín.

7 Jefté juzgó a Israel seis años. Y murió Jefté el Galaadita, y fue sepultado enuna delas ciudades de Galaad.

Ibzán, Elón y Abdón, Jueces de Israel

8 Después de Jefté juzgó a Israel Ibzán de Belén (Casa del Pan).

9 Y tuvo treinta hijos y treinta hijas,a éstas lascasó fuerade la familia,y trajo de afuera treinta hijas para sus hijos. El juzgó a Israel siete años.

10 Murió Ibzán, y fue sepultado en Belén.

11 Después de Ibzán, juzgó a Israel Elón el Zabulonita; quien juzgó a Israel diez años.

12 Murió Elón el Zabulonita, y fue sepultado en Ajalón, en la tierra de Zabulón.

13 Entonces Abdón, hijo de Hilel el Piratonita, juzgó a Israel después de Elón.

14 Tuvo cuarenta hijos y treinta nietos que cabalgaban en setenta asnos. El juzgó a Israel ocho años.

15 Y murió Abdón, hijo de Hilel el Piratonita, y fue sepultado en Piratón, en la tierra de Efraín, en la región montañosa de los Amalecitas.

Jueces 13

Opresión Filistea

1 Los Israelitas volvieron a hacer lo malo ante los ojos del Señor, y el Señorlos entregó en manos de los Filisteos durante cuarenta años.

2 Había un hombre de Zora, de la familia de los Danitas, el cual se llamaba Manoa; su mujer era estéril y no había tenido hijos.

3 Entonces el ángel del Señorse le apareció a la mujer, y le dijo: “Tú eres estéril y no has tenido hijos, pero vas a concebir y a dar a luz un hijo.

4 Ahora pues, cuídate de no beber vino ni licor, y de no comer ninguna cosa inmunda.

5 Porque vas a concebir y a dar a luz un hijo. El no pasará navaja sobre su cabeza, porque el niño será Nazareo para Dios desde el seno materno. Y él comenzará a salvar a Israel de manos de los Filisteos.”

6 La mujer fue y se lo dijo a su marido: “Un hombre de Dios vino a mí, y su aspecto era como el aspecto del ángel de Dios, muy imponente. Yo no le pregunté de dóndevenía,ni él me hizo saber su nombre.

7 Pero él me dijo: ‘Vas a concebir y a dar a luz un hijo; desde ahora no beberás vino ni licor, ni comerás cosa inmunda, porque el niño será Nazareo para Dios desde el seno materno hasta el día de su muerte.'”

8 Entonces Manoa imploró al Señor, y dijo: “Te ruego Señor, que el hombre de Dios que Tú enviaste venga otra vez a nosotros, para que nos enseñe lo que hemos de hacer con el niño que ha de nacer.”

9 Dios escuchó la voz de Manoa. Y el ángel de Dios vino otra vez a la mujer cuando estaba sentada en el campo; pero Manoa su marido no estaba con ella.

10 La mujer corrió rápidamente y avisó a su marido, y le dijo: “Ven, se me ha aparecido el hombre que vino elotrodía.”

11 Manoa se levantó y siguió a su mujer, y cuando llegó al hombre, le dijo: “¿Eres el hombre que habló a la mujer?” “Yo soy,” respondió él.

12 Y Manoa le preguntó: “Cuando tus palabras se cumplan, ¿cómo debe ser el modo de vivir del muchacho y cuál su vocación?”

13 Y el ángel del Señorcontestó a Manoa: “Que la mujer atienda a todo lo queledije.

14 No comerá nada que venga de la vid, nobeberávino ni licor, ni comerá nada inmundo. Ella deberá guardar todo lo quelehe ordenado.”

Nacimiento de Sansón

15 Entonces Manoa dijo al ángel del Señor: “Permítenos detenerte y prepararte un cabrito.”

16 Y el ángel del Señorrespondió a Manoa: “Aunque me detengas, no comeré de tu alimento, pero si preparas un holocausto, ofrécelo al Señor.” Y Manoa no sabía que era el ángel del Señor.

17 Y Manoa dijo al ángel del Señor: “¿Cuál es tu nombre, para que cuando se cumplan tus palabras, te honremos?”

18 El ángel del Señorle respondió: “¿Por qué preguntas mi nombre, viendo que es maravilloso (incomprensible)?”

19 Entonces Manoa tomó el cabrito con la ofrenda de cereal y los ofreció sobre una piedra al Señor, yel ángelhizo maravillas mientras que Manoa y su mujer observaban.

20 Pues sucedió que cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el ángel del Señorascendió en la llama del altar. Al veresto,Manoa y su mujer cayeron rostro en tierra.

21 El ángel del Señorno se volvió a aparecer a Manoa ni a su mujer. Entonces Manoa supo que era el ángel del Señor.

22 Y Manoa dijo a su mujer: “Ciertamente moriremos, porque hemos visto a Dios.”

23 Pero su mujer le contestó: “Si el Señorhubiera deseado matarnos, no habría aceptado el holocausto ni la ofrenda de cereal de nuestras manos; tampoco nos habría mostrado todas estas cosas, ni nos habría permitido ahora oírcosascomo éstas.”

24 Y la mujer dio a luz un hijo y le puso por nombre Sansón. El niño creció y el Señorlo bendijo.

25 Y el Espíritu del Señorcomenzó a manifestarse en él en Majané Dan (el campamento de Dan), entre Zora y Estaol.